A poco de cumplir sus 100 años, el diario El Litoral, uno de los medios más importantes de Santa Fe, boquea asfixiado por la crisis, el ajuste y la mala gestión corporativa. Los que pagan el precio son sus trabajadores: la Asociación de Prensa de Santa Fe (APSF) dio a conocer hoy en un comunicado que la empresa se presentó en el Ministerio de Trabajo con un Procedimiento Preventivo de Crisis. Más simple: pidió autorización para bajar sueldos, desdoblar el pago de salarios, abrir a los retiros voluntarios y realizar una “reducción del personal en los sectores donde se verifica el exceso de personal, lo que implica el despido de aproximadamente un 30% del total del plantel ocupado”. El gremio se declaró en estado de alerta.
“Estamos cobrando en dos veces, desdoblado, el sueldo o el aguinaldo, desde hace años”, explicó Pablo Jiménez, secretario general de APSF y trabajador de El Litoral. “Veníamos con algunos esquemas de retiros voluntarios de hace un tiempo. Si bien han sido bastantes, no fueron todos los que la empresa quiere”, ironizó. Según el comunicado de APSF, que cita el documento que presentó El Litoral SRL ante Trabajo, la empresa propone, además de los despidos, “reducción de la jornada de trabajo estimativamente en 2 horas diarias”, “recategorización del personal… con la consecuente adaptación salarial”, “desdoblamiento del pago de salarios”, en violación del Convenio Colectivo de Trabajo del sector.
La gerencia es la crisis
En el mundo periodístico desde siempre se hizo referencia a la elefantiásica estructura gerencial del vespertino, que conduce una empresa de la que dependen 170 empleados. El Litoral SRL es un negocio familiar, y a ese rasgo se lo toma muy en serio: es el conchabo seguro disponible para cualquier integrante más o menos lejano de las dos familias propietarias del medio. Jiménez da cuenta con mayor elegancia del fenómeno: “La industria gráfica está en caída, es verdad. Pero como toda empresa, El Litoral tiene una decena de problemas y una decena de virtudes, o cosas que se pueden hacer y no se han hecho o se han hecho mal, por una estructura empresaria familiar que ya está agotada, que no puede contener la cantidad de gerentes y directores que tiene. Por un lado, eso implica una cuestión de costos y, por el otro, tiene poca eficiencia y operatividad en las decisiones. La crisis está muy potenciada por las malas decisiones empresarias, por la falta de una conducción operativamente beneficiosa para la empresa”.
Uno de los casos de mala decisión empresarial fue la participación, desde 2009, en Artes Gráficas del Litoral (AGL), la sociedad con el Grupo Clarín para poner en marcha una monumental imprenta en el Parque Industrial de Sauce Viejo. La maquinaria es gigante y posee una escala productiva que con mucho supera lo que El Litoral necesita. Para Clarín la planta es adecuada: la rotativa Goss Uniliner –la más moderna del país, según sus propietarios–, permite imprimir hasta 75 mil ejemplares por hora. Con eso, el gran diario argentino puede cubrir el centro norte de todo el país. El Litoral apenas llega al 10% de esos volúmenes en sus ediciones diarias. Encima, con el cambio de rotativa El Litoral se desprendió de su antigua máquina, cuya escala le permitía llevar adelante redituables servicios a terceros, imprimiendo periódicos de toda la provincia. A la larga, el proceso devino en la venta del inmueble que cruzaba de lado a lado la manzana de bulevar Gálvez entre 25 de mayo y Rivadavia, para terminar en una suerte de galpón próximo a la Terminal de Ómnibus.
Los problemas llegaron al toque: en 2010, el gobierno nacional acudió al salvataje de la empresa, de sus trabajadores, con una ayuda. Durante cuatro meses, El Litoral SRL recibió del kirchnerismo dinero para pagar los salarios, gracias al Programa de Recuperación Productiva (Repro).
Los Repro surgieron en medio de la crisis global de 2008 y 2009, como una herramienta del Estado para paliar problemas transitorios de liquidez en el sector privado y evitar que los empresarios apelen al ajuste salarial a la hora de cerrar sus cuentas. Con el cambio de gobierno, su dispendio menguó notablemente, y no por que no se necesiten. En 2011, El Litoral SRL no pudo cumplir con los requisitos que exigía la Nación para acceder a los Repro y se quedó sin esa ayuda, por lo que explotó una medida de fuerza.
Desde entonces, las cosas se han agravado. Según Jiménez, actualmente El Litoral SRL le debe a AGL “una deuda importante de impresión de casi 7 millones de pesos, acumulada en los últimos años. Ha habido etapas que no pagaron parte de la impresión y eso se fue acumulando”.
Lo que viene
“Es contradictoria la empresa en el pedido de Procedimiento. Por un lado habla de 30% de despidos y por el otro pide Repro. Pero la condición para recibir el Repro es no despedir ni suspender gente, y entiendo que no puede haber modificaciones de ningún tipo, tampoco rebaja de salarios”, señala Jiménez.
Tras el pedido de autorización para el ajuste, el ministerio citará a conciliación a las partes (los trabajadores y la gerencia) y no se podrán tomar medidas mientras tanto. “Esto puede tardar entre 15 y 20 días, a lo sumo un mes”, especificó Jiménez. “Si no hay acuerdo con la empresa, vamos a estar movilizándonos con un plan de lucha para defender los puestos de trabajo, los salarios y las condiciones de trabajo. Es el peor escenario para un trabajador que con un 40% de inflación encima se pretenda despedir, bajar salarios y modificar condiciones de trabajo. Si no logramos un acuerdo en la etapa de conciliación vamos a ir a un conflicto de dimensiones importantes, porque estamos hablando de 170 familias del medio más importante del centro norte de la provincia”, adelantó Jiménez.