Tomando como referencia una serie de indicadores más allá de los estrictamente monetarios, según Unicef en la Argentina entre el 25 y el 32% de niñas y niños son pobres.
En un estudio realizado junto al Instituto de Estudios Laborales y del Desarrollo Económico, dependiente de la Universidad Nacional de Salta, Unicef analizó diversos factores que llevaron a la conclusión de que casi 4 millones de niños, niñas y adolescentes viven en situación de pobreza en el país.
El informe, que busca ir más allá del análisis de las variables puramente económicas presentando una perspectiva más multidimensional, reconoce que “en los últimos años Argentina ha avanzado de manera significativa en la ampliación de los derechos del niño. La sanción de la Ley 26.061 y otras numerosas leyes en los ámbitos de protección social, así como la ratificación de la Convención sobre los Derechos del Niño, establecieron un nuevo paradigma de protección integral y reconocimiento de los niños y niñas como sujetos de derecho plenos”. En este sentido, rescata la implementación de distintas políticas de empleo y protección social que contribuyeron a mejorar las condiciones de vida y procesos de mayor inclusión de niños y niñas, pero reconoce que aún hay brechas significativas “entre el derecho formal y su ejercicio efectivo según el lugar donde nacen y las características socioeconómicas y laborales de sus hogares”.
Pobreza multidimensional
Entendiendo que la población infantil que vive en la pobreza sufre una privación no sólo de los recursos materiales, sino también de los espirituales y emocionales necesarios para sobrevivir, desarrollarse y prosperar, en el estudio se tomaron como eje de análisis 28 indicadores agrupados en 10 dimensiones: nutrición, salud, educación, información, saneamiento, vivienda, ambiente, protección contra la violencia, protección contra el trabajo infantil y juego.
Del análisis de estas variantes se desprende que en la Argentina, en 2015, el 31,7% de los niños habría experimentado algún tipo de privación. De ese total, un 5,7% sufre pobreza extrema.
Algunas de las características más considerables que configuran la situación de vulnerabilidad de los niños y niñas tienen que ver con las condiciones del lugar donde viven: a mayor cantidad de niños en el hogar, menor ingreso per cápita familiar y menor nivel educativo del jefe de familia, mayor pobreza.
En otra de las dimensiones de análisis, se desprende que la pobreza afecta en igual medida a niñas y niños y es más alta entre los 6 y 12 años, y que un niño en la base de la escala social tiene 13 veces más chances de sufrir privaciones que uno que este en la cúspide, y 10 veces más si el nivel educacional en su hogar es bajo.
En el norte y en el sur
En un país con grandes diferencias en cuanto al acceso a servicios y posibilidades de desarrollo en cada región, parece evidente que las condiciones en que viven los niños y niñas en las diversas provincias no son las mismas, y el informe así lo confirma: “los niños que viven en el Nordeste y del Noroeste argentino (NEA y NOA, respectivamente) se encuentran en una situación de mayor desventaja, mientras que los de Patagonia Sur y Ciudad de Buenos Aires (CABA) están en el extremo opuesto. Así, por ejemplo, la chance de experimentar privaciones de un niño que reside en una provincia del NOA es 6,5 veces más elevada que la de un niño de CABA”.
Los indicadores “saneamiento”, que analiza el acceso a la conexión de red de alcantarillado, a los sistemas sépticos y a letrinas de sifón o letrinas simples (de pozo) ventiladas, y “ambiente”, dónde está emplazada la vivienda, son los mayores generadores de brechas entre regiones. En el NOA y el NEA, el porcentaje de niños privados en saneamiento supera 30 veces a los que residen CABA.
A su vez, si se analizan hacia el interior algunos conglomerados, pueden observarse también estas diferencias: “por ejemplo, abriendo la región Buenos Aires en CABA, GBA y Buenos Aires Interior, se encuentra que los porcentajes de niños privados en esta dimensión son: 1,6%, 40,3% y 26%, cifras que se esconden usando el agregado. Otro tanto sucede con la región patagónica: el porcentaje de niños privados en Patagonia Norte prácticamente duplica el valor observado en Patagonia Sur”.
Factores determinantes
Teniendo en cuenta el análisis de los 28 indicadores que el informe presenta, las privaciones más importantes que tienen los niños, niñas y adolescentes hoy en el país son en información (acceso a internet, TV, teléfono fijo y móvil, computadora), protección contra la violencia, salud y ocio, en ese orden. “Esas cuatro dimensiones (40% del total) explican un poco más del 63% de la pobreza total. El 33% restante está bastante igualitariamente distribuido, aunque nutrición y protección contra el trabajo infantil son las que tienen menos preponderancia en el total”.
Por otro lado, de las cuatro dimensiones que permite capturar la Encuesta Permanente de Hogares, la cual fue una de las fuentes utilizadas para la confección de este trabajo, “ambiente” es la que aporta más a la pobreza total.
Desde Unicef remarcaron la importancia que reviste atender a esta pobreza multidimensional a la hora de confeccionar políticas públicas. “Es una herramienta que permite analizar en detalle las privaciones que sufren los chicos, que son las causantes de la desigualdad. Esta información es vital para desarrollar políticas públicas que además de hacer transferencias monetarias directas, contemplen acciones focalizadas en otras dimensiones de la pobreza como el saneamiento o la exposición a la violencia”, afirmó Sebastián Waisgrais, especialista en monitoreo y evaluación de programas de Unicef.
Desarrollo Social en Santa Fe
Consultado sobre los datos difundidos por Unicef, el Ministro de Desarrollo Social de la provincia, Jorge Álvarez, en comunicación con radio EME, remarcó que “hacen falta políticas activas, nosotros desde la provincia de Santa Fe lo estamos haciendo pero claramente esto no escapa al contexto macroeconómico, con lo que se vivió a fin del año pasado y ahora con un proceso inflacionario que se agudiza más en los sectores que menos tienen”. Álvarez indicó que desde el gobierno provincial se realiza un trabajo integrado que permite cubrir áreas sensibles como alimentación, salud y educación. “En los barrios de las ciudades que presentan zonas más vulnerables se está implementando el Plan Abre, que es una intervención integral donde no sólo se toma el tema infraestructura y convivencia sino lo que tiene que ver con la problemática social en general, en ese sentido no hay reclamos en cuanto a que no haya asistencia por parte de la provincia. Nosotros tenemos nuestros propios comedores y otros donde trabajamos junto a diferentes organizaciones, se puede discutir la necesidad en cuanto a la actualización de los montos asignados, pero la presencia del Estado provincial está”.
Publicada en Pausa #172, jueves 12 de mayo de 2016.