Los pequeños productores textiles comienzan a sentir el impacto de la devaluación, las importaciones, la recesión y los tarifazos.
Ferias de diseño chicas y grandes, artistas jóvenes animándose a lanzar sus marcas, convocatorias y estímulos para impulsar diseños originales, de calidad en materiales, confección y estética. La pequeña industria textil argentina creció exponencialmente en los últimos años, pero hoy la realidad comienza a ser otra.
“Con la devaluación el costo de producción, en mi caso, aumentó un 40%”, comentaba, en diálogo con Pausa en el Aire, Juan Manuel Brandazza, uno de los diseñadores detrás de la marca rosarina Chango, de indumentaria para niños y niñas. “Los insumos, pagarle a alguien para que venga a trabajar, los impuestos, aumentaron muchísimo, y yo no puedo pasar todo eso al producto porque sino directamente no vendo, entonces tengo que elegir entre no vender o achicar la ganancia que tengo sobre el producto”.
Los aumentos en las tarifas de los servicios públicos, la apertura de las importaciones, la devaluación, impactan fuertemente en el sector textil en el que se mueven los diseñadores independientes, pero, reconoce Brandazza, el golpe de gracia lo da la recesión:
Según datos difundidos por la Fundación Pro Tejer, en los primeros cuatro meses del año la actividad textil sufrió una caída del 25%, mientras que las importaciones en el rubro subieron un 34,8 %. En una industria que en el país genera unos 450 mil puestos de trabajo, estos números en rojo comienzan a afectar el empleo, situación que Brandazza confirma:
"Contra la recesión no se puede competir"
Cuando el costo de vida se incrementa y los aumentos en los salarios no acompañan dicho incremento, el consumo comienza a caer. Y todo lo que queda por fuera de la canasta y servicios básicos, es lo primero que se recorta. Sin medidas claras para el sector por parte del gobierno nacional, el panorama para los próximos meses no parece alentador. “Hasta el año pasado yo vivía de esto, ahora estoy viendo como sostenerlo al menos. Además no hay ningún tipo de ayuda, ni un subsidio, nada, es muy frustrante”, afirmaba Brandazza.