Van cinco meses. Uno más y, por definición, la economía argentina entra en recesión. Según comunicó hoy 5 de junio la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (Came), en mayo las ventas del comercio minorista, medidas en unidades, cayeron -9,2%, frente a igual mes de 2015. Desde el cambio de gobierno, las caídas se suceden: en abril, las cantidades vendidas bajaron -6,6% frente a igual mes de 2015, en marzo de -5,8%, en febrero la retracción fue de -4,5% y en enero de -2,3%. En el año, mayo es el peor punto de una caída que se acelera y que muestra una tendencia preocupante porque, entre otras cosas, volvieron a bajar las ventas de bienes que tienen demanda inelástica (es decir, que varía poco) como alimentos y bebidas. Dicho en cristiano: la gente está comiendo menos. Excepto los exportadores o los dueños de los bancos, claro está.
El primer cuatrimestre del año redondea una caída global promedio de -5,7% frente al mismo periodo del año pasado. En abril todos los rubros habían perdido en sus ventas, en mayo sólo uno tuvo un leve aumento, en consonancia con la época: farmacia se elevó 1,3%. El documento de Came es lapidario: "En mayo hubo poca gente mirando y comprando en las calles. Las familias se limitaron a adquirir sólo cosas necesarias y alguna que otra oferta realmente interesante. En ese contexto, los negocios finalizaron el mes con muy bajos niveles de ventas y serios problemas de liquidez".
Otra vez, como en abril, las bajas más fuertes se sintieron en electrodomésticos y artículos electrónicos (-19,6%), golosinas (-15,3%), bijouterie (-13,1%), materiales para la construcción (-12,7%), bazar y regalos (-11,9), ferreterías (-11,6%). Con la excepción de bazar y regalos, son los mismos rubros que más caídas registraron en abril. La brutal caída de la construcción y el recorte en los gastos superfluos es cada vez más evidente, la crisis en esos rubros específicos también.
Alimentos y bebidas cayó en abril un -2,8% y en mayo volvió a caer, -2,3%. Desde Came evalúan profundos cambios de conducta en el consumo: "Algunos negocios de barrio notaron igualmente más circulación de gente, que escapó de los supermercados y se volcó a las bocas de expendio más chicas que le permitían por un lado controlar mejor los gastos, y por otro, adquirir segundas y terceras marcas más económicas de algunos productos".