Autoridades públicas y privadas de la provincia están alarmadas por las medidas del gobierno nacional: todos los indicadores dan para abajo, incluidas las ventas y los salarios.
A excepción de los bancos, que exhiben fuertes ganancias, no hay rubro que se salve del ajuste. Esfumada la ilusión del segundo semestre, la Argentina se encamina a cerrar 2016 en recesión. Santa Fe no es ajena al contexto: en las últimas semanas se conocieron indicadores macroeconómicos alarmantes: suspensiones en la industria, caída de ventas en el comercio y pérdida del poder adquisitivo de los salarios.
Ya en enero el FMI había anticipado, desde el Foro de Davos, que el PBI argentino bajará 1% a fin de año, aunque los números que vienen mostrando de la industria y el comercio permiten sospechar que la cifra puede ser mayor. Será el primer año de recesión desde 2009; le tomó seis meses al gobierno de Mauricio Macri sentar las bases para lograrlo, con apenas cuatro medidas: devaluación, tasas altas de interés, apertura de las importaciones y un tarifazo salvaje.
El plan de Macri, según los propios industriales, es bajar la inflación enfriando la economía. Las consecuencias: caída del consumo interno, cierre de fábricas, más desempleo y más pobreza. El país ha virado una vez más rumbo a un esquema de acumulación basado en el sector financiero. Los sectores que apoyaron a Macri ahora abjuran de sus políticas económicas. Ganan los bancos y el complejo agroexportador y pierden todos los demás.
La alegría no es solo brasilera; también es china. Desde la asunción de Cambiemos, Brasil duplicó la colocación de heladeras en el mercado argentino y China hizo lo propio con los muebles. Para los trabajadores locales, la alegría no tiene aún fecha confirmada, pero está claro –de acuerdo a la vicepresidenta Gabriela Michetti– que no llegará en la segunda mitad del año.
Bajar la inflación con recesión
En los primeros cinco meses del año, se importaron más heladeras que en todo 2015: 42.300 unidades al 31 de mayo de este año contra 30 mil del año pasado. El dato lo reveló el ministro de la Producción de la provincia, Luis Contigiani.
La apertura de importaciones tiene en jaque a la industria de línea blanca –heladeras, freezer y lavarropas–, con fuerte arraigo en el sur provincial. La planta rosarina de Gafa ya suspendió a 360 trabajadores, mientras que su competencia Bambi –también de Rosario– analiza suspender a 500 operarios, según denunciaron desde la Unión Obrera Metalúrgica.
En el Cordón Industrial del sur la situación es grave desde principios de año. Para frenar la sangría de despidos y suspensiones, el secretario general de la Asociación de Comercio e Industria de Villa Gobernador Gálvez, Edmundo Salvia, propone “frenar la importación, proteger a la industria nacional y poner barreras arancelarias como se hace en otras partes del mundo; si hay una industria que invirtió miles de dólares para poder fabricar, y si se consumen un millón de heladeras y acá se fabrican 800 mil, se pueden dejar entrar 200 mil, más no”.
Hay alternativas, pero requieren de decisión política. En eso trabajan el Ministerio de la Producción de la provincia y la Federación Industrial de Santa Fe (Fisfe), que presentarán en forma conjunta, ante la Nación, un paquete de medidas para proteger a la industria local, entre ellas ampliar el grado de integración de partes de origen nacional y exigir el cumplimiento de normas vigentes en la Argentina como el “compre nacional”.
[quote_box_center]Alegría de importación
Entre los productos que se fabrican en la provincia, los sectores más afectados son la mueblería y la línea blanca. Así aumentaron las importaciones entre enero y mayo de 2016 respecto del mismo período de 2015:
Mueblería: más del 200%
Línea blanca: entre 130 y 190%
Campanas de freno: 40,66%
Electrodomésticos: 25%
Calzado: 20%
Ruedas para remolques: 10,43%[/quote_box_center]
El presidente de la Unión Industrial de Santa Fe, Alejandro Taborda, planteó el problema desde el punto de vista del valor agregado, que es lo que repercute en el empleo: por cada tonelada exportada –promediando todos los productos– la Argentina recibe 600 dólares pero el promedio de la tonelada importada es de 2.000 dólares. “Claramente los números no cierran. Exportando a 600 e importando a 2.000, estamos trayendo valor agregado”, analizó Taborda.
El dirigente industrial habló de “tasas de interés tremendas” y “tarifas de locura” para el sector industrial. “Vamos hacia una economía abierta. Todas las medidas tomadas desde diciembre hasta ahora se encaminan en esa dirección con un agravante: vos podés competir con el mundo cuando tenés ventajas comparativas; nosotros las tenemos en el sector agroexportador, pero eso no tiene valor agregado. El valor agregado lo aplica la industria”, indicó en declaraciones a Radio EME.
“El modelo es claro: una recesión para controlar la inflación. Hay que insertarse en el mundo, no lo dudamos, pero de una forma mucho más inteligente, honrada y ética, adoptando los controles necesarios en la parte de importaciones. Vemos un apuro tremendo en controlar la inflación y aumentar las tarifas y vemos una demora en otras cosas, como la ley de pymes”, completó Taborda.
Ni con descuentos
En el sector comercial también la están pasando mal. A nivel nacional, en mayo las ventas del comercio minorista, medidas en unidades, bajaron un 9,2%, frente a igual mes de 2015, según informó la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (Came). Es una tendencia que se registra desde el cambio de gobierno: en abril las ventas bajaron 6,6% interanual, en marzo de 5,8%, en febrero 4,5% y en enero de 2,3%. Mayo fue, hasta ahora, el peor mes. Con un agravante: volvieron a bajar las ventas de bienes de demanda inelástica (que varía poco) como alimentos y bebidas.
En Santa Fe la situación es idéntica. En mayo, el 66% de los comercios de la ciudad vendió menos que el mismo mes de 2015. Sólo un 18% registró ventas mayores mientras que el 16% restante mantuvo un nivel similar al del año pasado. Los datos fueron revelados por el Centro Comercial de Santa Fe.