Todo el mundo habla de ello. Es literal: en los celulares con Android, ya tiene más usuarios que Twitter. Pokémon GO se está esparciendo por el mundo, con un ritmo de crecimiento directamente proporcional al entumecimiento mental que conlleva. De hecho, ya los museos memoriales del holocausto en diversas partes del mundo, tanto en Estados Unidos como en Polonia, están pidiendo que no se juegue donde se recuerda la masacre de millones de seres humanos.
El 6 de julio Nintendo lanzó en Japón una nueva aplicación para celulares: Pókemon GO. Es un juego de realidad aumentada. La aplicación captura la información del lugar donde está el usuario del celular y sitúan toda la cosmología Pokémon en la vida real, volviendo al dueño del celular en cuestión un entrenador de Pokémon. Así que, ahora, veremos hordas de cerebros unicelulares hundidos en sus pantallas y corriendo por un mundo paralelo, lanzando pokebolas a la nada.
El primer efecto es contundente. En el Museo del Holocausto de Estados Unidos y en Auschwitz ya han solicitado a los visitantes que, por favor, no se la pasen con el celu buscando a los personajes de la vieja serie de dibujitos infantiles, inspirada en un videojuego tradicional.
La aplicación todavía no está habilitada en Argentina. Veremos qué posición toman los actuales directores del Museo de la Memoria, en la ex Escuela de Mecánica de la Armada, cuando la horda de homínidos con mirada extraviada vaya detrás de Pokémons de Agua entre los carteles que, ante el Río de la Plata, recuerdan los vuelos de la muerte.