El primer semestre registra duras caídas interanuales en rubros de la economía que explican buena parte de la dinámica general y de los cambios de hábitos por el ajuste.
Los Fondos Buitre, los exportadores de productos primarios, agropecuarios y extractivos, los bancos, las financieras y los especuladores, los importadores y las generadoras de energía vinculadas al ministro Juan José Aranguren pueden mirar los datos de la crisis económica de costado y con sonrisa socarrona. El lema de que toda crisis tiene ganadores y perdedores no por viejo es menos cierto. Los padecimientos que los números expresan de manera taxativa corren por cuenta de la gilada, que ahora fuma menos, come menos de todo y, sobre todo, de rica y argentinísima carne de vaca, no construye si no es con barro, porque el cemento y las vigas de fierro no se venden, no llega a comprarse una Renoleta desvencijada, no cambia la tele ni la heladera ni compra Bon-o-Bon.
No se necesitaron muchas medidas macroeconómicas para desencadenar esta situación. De hecho, las acciones fueron más bien pocas, pero contundentes y coherentes. En orden: devaluación, quita de retenciones, apertura de importaciones, despidos masivos en el Estado, tasa de interés por la nubes, pago a los buitres y tarifazos. Ninguna de las medidas tuvo demasiado control. El dólar se está depreciando otra vez, de manera acelerada, y el shock devaluatorio junto al aumento de las materias primas de los alimentos –los commodities– desencadenaron un brote inflacionario que no se veía desde 2002.
El pago a los buitres originó tomas de deuda externa generalizadas, en todos los niveles del Poder Ejecutivo. Las tasas del Banco Central, hoy rondando el 30%, son la única medida contra el alza de precios, pero porque desalientan cualquier emprendimiento productivo, enfriando la economía real y estimulando la ficticia fiesta financiera. Los despidos desguazaron áreas sensibles donde el Estado ofrecía contención y derechos sociales. Las importaciones se llevan puestos hasta a los productores de cerdos, que ven cómo el mercado se copa de chanchos brasileros. Y los tarifazos son la prueba palmaria de las pobres facultades del mejor equipo de los últimos 50 años.
Todas las medidas tuvieron impacto negativo directo sobre el poder adquisitivo y el empleo. Y el Estado no mejora sus finanzas públicas: crece la deuda y el déficit y cae la recaudación. Pero el Indec señaló que en el primer trimestre de 2016 el PBI creció un 0,5%. Por eso, damos indicadores que nunca fueron cuestionados, cosa de poner en cifras tu malaria.
Jamás se comió tan poca vaca
El Instituto de Promoción de la Carne Vacuna Argentina está comandado por el radical Ulises Forte, uno de los ruralistas más virulentos del conflicto de 2008, y publica datos sobre el consumo promedio de carne de vaca de los argentinos desde 1958 a la fecha. En el primer semestre, en promedio, los argentinos comimos 55,2 kilos de carne vacuna por persona. Es la cifra más baja de toda la historia y significa una caída del 7,9% respecto de 2015 y del 10,4% respecto del consumo promedio entre 2012 y 2015. Abril fue el mes más crítico del año, cuando se consumieron 50,8 kilos. Fuera del anómalo mes de marzo de 2008 –un probable error de carga del dato– en el que el IPCVA consigna que se consumieron apenas 36 kilos por persona, los casi 51 kilos de abril de 2016 también son un record: es el mes con menos consumo de vaca en todo el registro.
47,1% de inflación internanual
De junio de 2015 a junio de 2016 el aumento de precios reventó cualquier acuerdo de paritarias, tanto como los aumentos de las jubilaciones. La cifra es del Índice de Precios al Consumidor de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, que sólo en el mes de junio calculó el aumento en 3,2%. El Indec de Jorge Todesca dio una cifra similar para el mes, 3,1%, pero todavía no presentó una serie internanual.
-14,4% semestral en despachos de cemento
Cuatro productoras son las dueñas del mercado: Loma Negra, Holcim, Cementos Avellaneda y PCR. Juntas, forman la Asociación de Fabricantes de Cemento Portland. La merma en los despachos se acrecienta con los meses: en junio, la caída fue de -18,7 respecto a igual mes de 2015. La vara es alta, el año pasado fue el récord histórico. Ahora, las ventas del primer semestre se encuentran por debajo de 2012.
-8,7% semestral en consumo de cigarrillos
En el primer semestre, el Ministerio de Agroindustria registra una caída interanual en el consumo de puchos que se explica en los aumentos de los atados entre abril y mayo. Como efecto inmediato, enre abril y mayo de 2016 la caída fue del -44%. En mayo de 2016 se fumaron 98.581.865 atados de 20, la cifra más baja que se registre.
-14,6% semestral en venta de autos usados
Desde 2009 que no se veía una crisis semejante. Según la Cámara de Comercio Automotor, la diferencia entre junio de 2016, el peor mes del año, y junio de 2015 es de -29,22%. Junio de 2016 también es el peor mes desde 2007. Para el titular de la Cámara, Alberto Príncipe, estamos “en un mercado semiparalizado”.
-6,4% semestral en ventas minoristas
Según la Confederación Argentina de la Mediana Empresa, en enero la caída interanual fue de -2,3%. En junio -9,8. El promedio semestral de retracción, comparado 2015 con 2016, puede caer más. En mayo y junio los guarismos negativos se dieron en todos los rubros: alimentos y bebidas pero sobre todo en electrodomésticos, construcción, bazar y golosinas. Frío mediante, sólo farmacia creció levemente en junio.
-13,7% semestral en la producción siderúrgica
Forman la Cámara Argentina del Acero, pero bien podrían no hacerlo: la rama dominada por Techint y Acindar acaba de pasar un semestre negro. Con la excepción de 2009, junio de 2016 fue el mes más pobre desde 2001. En el mes pasado se produjo -20% que en igual mes de 2015. De los cuatro productos –hierro, acero, laminados en caliente y en frío–, los tres primeros registran muy fuertes caídas.