Ya sabemos que llegó la revolución de la alegría. Y que la alegría es de color amarillo. Junto a este nuevo y radiante estado anímico, llegó la Argentina de la paz, de la unión (aunque la cívica radical, paradójicamente, haya desaparecido), del estar juntos (por Telefé), de la gomería de Fabián, de las manos de una abuela como María Teresa y de todo lo que se necesita para hacer una empanada… o canelones como los de tu mamá, no sé.
La cosa es que cuando uno está alegre, se siente en paz, equilibrado y con ganas de estar bien con el mundo y las personas. No quiere conflictos ni estar distanciado de sus afectos. No hay cronograma de pagos, ni yerba de ayer secándose al sol, pero no importa, estamos unidos, aunque más no sea en la desgracia. Son tiempos en los que uno prioriza el amor, las reconciliaciones… son tiempos en los que uno está dispuesto a asumir sus errores y pedir perdón por sus macanas.
En este contexto, Prat-Gay le pidió perdón a los inversores españoles por la nacionalización de YPF. Y este hecho, que podía parecer de lo más inocuo y diplomático (eufemismo para “demagógico” y “oportunista”, claro está), derivó en la cicatrización de una herida abierta entre estas pampas y la península ibérica. Sí, exacto: a 200 años de habernos independizado, Macri no tuvo mejor idea que invitar a los festejos por el Bicentenario del 9 de Julio al mismísimo Rey Felipe VI de España… supongo yo que para pedirle disculpas por haber nacionalizado la Nación.
A partir de este aire reconciliatorio y de mea culpa, se estarían por reconciliar algunos personajes famosos de la flora y fauna política, televisiva, artística y deportiva para traer concordia a estas tierras. Los casos más resonantes serían:
- Icardi pidiéndole perdón a Maxi López. Y Maxi no aceptando devoluciones.
- El Turco Samid a Mauro Viale por decirle “judío de mierda”. Y Mauro Viale a la televisión argentina por sus mediodías con Samanta, el jarrón de Guillote y La Momia.
- El Gato Gaudio disculpándose con su raqueta.
- La Cámpora rogándole a Scioli que la perdone.
- Yoko Ono le pide perdón a Paul McCartney. Paul la perdona porque el negocio le salió redondo… no así a Ringo.
- Corral plantando arbolitos en el Parque Alberdi entre sollozos.
- Anabela Ascar le pide de rodillas perdón al buen gusto.
- Agapornis hace lo propio con Soda Stéreo.
- Higuaín y Palacio a Messi por un Mundial y dos Copas Américas. Messi renuncia a perdonarlos… y hace bien.
- Nik le manda una carta a Quino disculpándose, pero la firma como “Quino” por costumbre.
- La araña radioactiva que pica a Peter Parker le pide perdón por cargarlo con una gran responsabilidad.
- Los guionistas de la serie Breaking Bad le mandaron disculpas a José López por darle malas ideas.
- El Correcaminos le pide perdón al Coyote por hacerlo morir de hambre.
- Silvio Soldán le pide perdón a su peluca por tantos años negándole su identidad. Se la saca en cámara. La peluca no lo perdona y le dice que “no puede haber tanta maldad”.
- La marca ACME le pide perdón al Coyote también por venderle productos truchos o vencidos.
- Billiken a la educación y al país por aver forrmado a sinco jenerasiones de jobénes arguentinos.
- Arjona pide perdón a las mujeres por su misoginia, ellas le dicen “que no” y lo dejan “pensando una estrategiaaa para un siii”.
- Gabriela Michetti le pide perdón a Borges por usar el túnel como una metáfora horrible para ilustrar que vamos a seguir en la caca. Borges le dice que es un libro de Sábato y que dejen de ultrajar su memoria, forros.
Y así, de una vez por todas, con los opuestos reconciliándose la utopía de Cambiemos se hará realidad: chau grieta. Desde ese momento, los 40 millones de argentinos, todos juntos, harán una empanada para que se la coma solo el 0,3% de toda esa gente.