La recesión pone a la industria de base de hierro, acero y laminados en uno de sus peores momentos desde 2001. La merma en la producción se acelera cada vez más.
En julio, todos los datos sobre la producción siderúrgica empeoraron. La propia Cámara Argentina del Acero (CCA) desnuda qué sucede con la industria nacional vinculada a la cadena del acero: “continúa atravesando un escenario de estancamiento, salvo algunas excepciones como la maquinaria agrícola que creció 7% en lo que va del año”. En consecuencia, “el nivel de operación de las plantas productoras de acero se encuentra en niveles de utilización muy bajos, cercano al 60% de la capacidad instalada. En ese marco, se advierte la necesidad de mantener vigentes las medidas vinculadas a la reducción de turnos de producción”.
Plantas vacías, horarios reducidos, recorte de la producción por falta de demanda industrial: los efectos de la recesión resultante de la nueva macrieconomía se expresan en los datos duros que provee la propia CCA.
Si toda la producción siderúrgica acumulada entre enero y junio de 2016, en comparación con 2015, había caído un -13,7%, con la merma de julio empeora el panorama. La caída acumulada en los primeros siete meses del año ahora es de -14,61%. Considerando cada producto siderúrgico, se repite la situación: de -20,2% a -20,9% en hierro, de -15,4% a -15,7% en acero, de -11,5% a -13,2% en laminados en caliente y de 1,9% a 1,3% en laminados en frío. Cada mes que pasa, el pozo se hace más profundo.
Desde 2001 a la fecha, los años de más baja producción fueron 2009, 2001 y 2002, en ese orden. Con sus 1.023.200 toneladas generadas en julio, la concentradísima industria del acero apenas superó las 995.200 toneladas de julio de 2009, y nada más. De continuar la tendencia, agosto de 2016 será el peor agosto de los últimos 15 años.