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Los integrantes más jóvenes del Movimiento Socialista de los Trabajadores hacían levantar los primeros bocinazos de adhesión de los automovilistas que circulaban por Marcial Candioti. A las 19.45 de ayer, en el cantero central del Bulevar Gálvez, estaban ellos y la Federación Juvenil Comunista. Sobre la vereda sur, expectantes, se agrupaban los militantes del Frente Social y Popular. En apenas quince minutos, con la llegada de la columna de la CGT y la CTA que venía marchando de la plaza Pueyrredón, el cruce de avenidas rebalsó de santafesinos que, a puro cartel, canto y ruido, supieron sumar la adhesión del tráfico vehicular, que acompañó circulando lento cuando se le daba paso.
Varios centenares de personas se congregaron al horario pautado para el segundo #Ruidazo contra el aumeto de las tarifas. A tono con los hechos de ayer –el pedido de captura emitido sobre la presidenta de Madres de Plaza de Mayo, Hebe de Bonafini– las mujeres de la FJC llevaban pañuelos blancos en la cabeza. Los cánticos alternaron la defensa de Hebe con los ataques al presidente Macri y el ministro Aranguren, como era de esperarse. El colectivo Santa Fe de Pie Contra los Tarifazos se quedó hasta lo último, cuando el corte de calle preventivo de la policía provincial dejó la manifestación sin el acompañamiento del claxon y los motores. Durante la concentración, muchos santafesinos aportaron lo suyo, dando el tono característico a estas expresiones que no tienen ni escenario, ni acto central, ni documento, ni ninguno de los elementos tradicionales del democrático ritual de la protesta ciudadana, tal como lo conocemos. Por ejemplo, a veces los cánticos se superponían. Incluso, hubo una guerra lírica entre el grupo de los "Vamos a volver" y el de los "Vamos a luchar". Un amante de las motos japonesas gigantes estacionó cerca del cantero central, del lado de Adoratrices, y se dedicó a acelerar la moto, hasta hacerla rugir. Y un bello burro-cóptero hizo las delicias de los niños y adultos presentes.
