“No se puede comprar la felicidad, pero se puede comprar vino y compartirlo, que es lo mismo”, reza una frase de esas que se comparten por todo tipo de redes sociales. Y si bien lo de la felicidad asociada al vino y sus pregonados buenos efectos sobre la salud, siempre que se beba con moderación, son bastante reales, lo de “se pude comprar vino” está cada vez más difícil.
El Instituto Nacional de Vitivinicultura, informó la caída de las ventas de vino para consumo interno en un -10,48% en la comparación del acumulado de enero a julio de 2016 con igual período de 2015. Este año ya es peor que el peor año, 2010, desde que se llevan estos registros.
Pero ¿a qué se debe esta caída en el consumo de uno de los máximos elixires argentos? No es que nos haya dejado de gustar, claramente. Pero los precios están haciendo dudar a más de uno, según nos contó el reconocido especialista santafesino en el tema, Mario Bass.
En diálogo con Pausa en el Aire, Bass explicó que debido al incremento en los precios de los vinos, los consumidores, además de comprar casi un 20% menos, están cambiando su franja de su consumo, pasando de los de alta gama a los de media.
Pero la caída del consumo interno no es el único escollo con el que se están encontrando hoy las bodegas nacionales, que en los últimos años venían creciendo a un 7% anual en dólares. Los altos costos de producción, la inflación, los incrementos en las tarifas y en los fletes, entre otros, han dejado prácticamente fuera de la exportación al premiado y ansiado vino argentino. “Para que vengan las inversiones productivas nosotros tenemos que ser, por sobre todas las cosas, competitivos en el mundo, porque nadie va a venir a quedarse sólo con el consumo interno, que en Argentina es un 30% de lo que toman anualmente per cápita los franceses, italianos o alemanes. No somos competitivos, estamos perdiendo mercados”, dice Bass y explica:
Geográficamente nuestro país está en una zona privilegiada y con condiciones más que favorables para la producción de vino; contamos con etnólogos destacados y, según Bass, con una calidad reconocida en el mundo entero. Son las políticas económicas las que están dificultando la situación vitivinícola de cara al mercado internacional, no sólo por las exportaciones sino también por las importaciones.
Al finalizar la charla con Pausa en el Aire, Bass nos develó un gran misterio: ¿por qué los vinos son más baratos en el super chino? He aquí la respuesta: