Amnistía Internacional, con la colaboración de una red local de activistas e imágenes satelitales, pudo verificar la presencia de 75 mil refugiados sirios atrapados en el desierto, en la frontera entre Siria y Jordania, en un sitio llamado La Berma, . Casi la totalidad construyó sus precarios refugios durante el último año y se encuentra sin ningún tipo de ayuda o soporte médico o alimentario desde hace dos meses. En el lugar ya se registran pequeños cementerios con tumbas de reciente creación.
La asistencia humanitaria a La Berma se interrumpió completamente después de un ataque que terminó con la vida de siete oficiales de seguridad de frontera, el 21 de junio. Desde entonces, las autoridades jordanas sellaron el paso de Rukban, a través del cual los sirios huyen de su país. Desde esa fecha, hubo solamente un envío de comida, a comienzos de agosto. La asistencia médica también está restringida. El lugar no cuenta con ningún tipo de infraestructura de saneamiento. Son 75 mil personas solas en el desierto, pero agolpadas.
Arriba se puede ver, en una representación creada por Amnistía Internacional, cómo el número de ranchos de refugio creció desde 368, hace un año, a 6563 en julio de 2016 y a 8295 en septiembre, según se reportó el 15 de septiembre. Actualmente, hay 650 mil refugiados sirios habitando suelo jordano.
LA ONU está negociando con las autoridades jordanas para crear líneas de ayuda humanitaria y puntos de distribución a dos kilómetros de la frontera jordana. Si bien no hay modo de establecer cuántas personas han muerto desde que se inició esta crisis, Amnistía Internacional señala que desde junio hubo al menos 19 muertos –nueve de ellos, en situación de parto– como resultado de un brote de hepatitis o ictericia. Otros padecimientos que prosperan son las infecciones respiratorias, la deshidratación, la leishmaniasis y la diarrea.