Fue el peor agosto desde que hay registro. La caída acumulada desde enero cada vez es más pronunciada. Mientras tanto, el principal ejecutivo del sector pide, al mismo tiempo, baja de salarios, flexibilización laboral y que el Estado lo proteja de la producción China.
La producción siderúrgica acaba de pasar el peor agosto desde 2001, de acuerdo a los registros de la Cámara Argentina del Acero (CCA). Con 812.100 toneladas producidas, agosto de 2016 está un 40% por debajo de agosto de 2015. Hasta ahora, el peor agosto había sido el de 2001, con 858.710 toneladas. Y cada mes que pasa, la situación se va empeorando.
Entre enero y junio, el cálculo de la caída acumulada, respecto de igual período de 2015, era de -13,7%. Con los datos de julio, el pozo se hizo más hondo: -14,61%. Ahora, con los datos de agosto, la retracción acumulada llegó a la marca del -18%. Sólo en el 2009 –el año de impacto de una crisis internacional comparable a la de 1930– se produjo menos que ahora. Considerando cada producto siderúrgico, se repite la situación: de -20,2% en junio a -20,9% y -24,3% en agosto, en hierro, de -15,4% a -15,7% y a -17,4% en acero, de -11,5% a -13,2% y a -17,2% en laminados en caliente y de 1,9% a 1,3% y a -6,7% en laminados en frío, el proceso que implica mayor cantidad de valor agregado (es decir: el más elaborado).
“Las plantas productoras de acero operan aun con bajos niveles de utilización de su capacidad instalada, motivo que les permite ejecutar programas de mantenimiento extraordinario con paradas mayores de algunas líneas de producción, incluyendo recambio de motores en algunas de ellas, y realizar adecuación de sus stocks dada la baja demanda de algunos mercados”, señala la CCA. Traducido, significa que, como no hay demanda, aprovechan para limpiar y arreglar las máquinas –que están detenidas– y para vender lo que les queda de stock.
En el Argentina Business & Investment Forum 2016, quien es en los hechos el dueño de la rama, el CEO de Techint Paolo Rocca, pidió flexibilización laboral y apretó a los sindicatos. En el reporte de la CCA que corresponde al mes pasado se señala cómo el sector le manifestó a Macri, un día antes de su viaje a China, su preocupación “ante las implicancias negativas de un eventual reconocimiento de China como economía de mercado por parte de la Argentina en las actuales circunstancias. Argentina perdería la capacidad de enfrentar la competencia desleal y los derechos antidumping perderían todo sentido”. La afirmación quizá sea cierta, pero no deja de dar un poco de alergia tal tipo de demanda de protección al Estado conjugada con semejante conservadurismo para los trabajadores.