Muchos que elevan al fútbol hacia el pedestal de los juegos practicados por la humanidad, coincidirán y se manifestarán en buena sintonía con la frase “es el deporte más lindo del mundo”. La argumentación pasa por diferentes lugares, desde la idea de la representatividad de toda la sociedad en cada uno de los roles que le toca ocupar al jugador de fútbol, pasando por el gozo extremo de la victoria del débil ante el poderoso, hasta la consideración de justicia o injusticia por un resultado. Ante esto último es inevitable que la memoria me traslade hacia el Mundial de Italia 90, cuando Argentina derrotó a Brasil 1 a 0 luego de ser dominado y sometido por el equipo carioca durante todo el encuentro. El dominio fue tal, que cuentan los jugadores argentinos que durante el entretiempo Carlos Bilardo no dijo palabra alguna, sólo antes de abrirse las puertas de aquel estadio de Turín, el DT les recomendó: “No se la den más a los de amarillo, que son los rivales”. El mismísimo Diego Maradona catalogó de “milagro” a ese triunfo. Milagro, otra palabra que bien vale sumar a la lista de vocablos con peso para argumentar al “deporte más lindo del mundo”. Y si hablamos de “milagro”, bien vale anexar a la religión en esto del fútbol por sobre todos los deportes. El fútbol atraviesa uno, dos y cientos de planteles con rezos adentro y afuera del campo de juego, con santos que juegan en la piel tatuada, con vírgenes estampadas en remeras que se esconden debajo de la camiseta del club, con promesas de más rezos, caminatas y sacrificios varios a San Fulano y a María de las Menganas.
Fútbol, sociedad y tecnología
“El fútbol no es un espejo ni un reflejo de la sociedad, es simplemente parte de ella y como tal, un escenario de la representación social donde, por un lado, se visibilizan muchos de sus componentes y, por otro, se materializa un simbolismo colectivo. Es un ámbito donde –simultáneamente– uno se ve y es visto; porque es un espacio con gran densidad de representación”. En este escenario del fútbol como representación social, tal como lo plantea el arquitecto ecuatoriano Fernando Carrión Mena (especializado profesional en descentralización, centros históricos, seguridad ciudadana, políticas urbanas, desarrollo local, hábitat, vivienda, participación, desarrollo urbano, ciudad y globalización, planificación y sociología del fútbol), una nueva actriz importante es la tecnología.
Si la tecnología habita todo, pues ¿cuánto tiempo habrá que esperar para sumarla al fútbol? ¿Dejará de ser el deporte más lindo del mundo si la tecnología pasa a ser un elemento más del juego? ¿La aplicación de la tecnología ayudará a ser un deporte más justo? ¿Acaso en la injusticia el fútbol se hace más humano y discutido? ¿La herramienta tecnológica pretende ser igualitaria en el fútbol, desterrando beneficios que le suelen otorgar a los poderosos?
Entre tantas preguntas que nos puede disparar la tecnología en el fútbol, lentamente se vislumbran algunos pasos que está dispuesto a dar el deporte más popular del planeta. En marzo de este año el fútbol abrió la posibilidad de introducir la tecnología de video para ayudar a los árbitros, lo que podría suponer el mayor cambio en el reglamento del deporte en más de 100 años. La llegada de la tecnología de forma experimental para arbitrar partidos es un paso que dio la FIFA para analizar las jugadas polémicas, de la misma forma que lo hace el tenis, rugby o el hockey.
Tiempo de ensayos
La Internacional Board, el ente que supervisa las reglas del fútbol y que está formado por las cuatro asociaciones de fútbol británicas y por la FIFA, aprobó el uso de este tipo de recursos tecnológicos con el fin de ayudar a los árbitros a tomar decisiones transcendentales durante los partidos.
La idea se basa en pruebas que se realizarán sin comunicación entre el árbitro central y sus asistentes. A partir de 2017, las decisiones se tomarán entre el árbitro principal y la persona encargada de monitorear el video. En la aprobación del uso del video se determinó que por ahora serán evaluadas cuatro jugadas puntuales: los goles marcados, las tarjetas rojas, los penales y las faltas cometidas.
Con respecto a los goles, la FIFA y la Internacional Board decidieron terminar con los “goles fantasmas”, comprobando con el uso tecnológico el ingreso o no de la pelota en el arco. En el caso de las tarjetas rojas servirá para observar (si el árbitro no pudo ver) a un jugador que comete una falta excesiva y merece la roja. Por ejemplo, el cabezazo de Zidane a Materazzi que Elizondo no vio porque estaba de espalda en la final de Alemania 2006. Acerca de los penales, será útil para determinar si la falta fue adentro o afuera del área. En este caso vale mencionar la jugada polémica que terminó en el penal que favoreció a Colón y perjudicó a Talleres (viernes 16 de septiembre). En tanto, también se usará para rectificar los errores de identificación de los jugadores. Por ejemplo: amonestó al 8 y era el 3.
Vale recordar que el ingreso tecnológico más importante se originó en la Copa del Mundo de Brasil 2014, con la llamada tecnología de gol, por la que el árbitro recibía en su reloj un aviso cuando la pelota atravesaba efectivamente la línea del arco.
Otro dato importante es saber quién será asesor de videos, el hombre de consulta que tendrá el árbitro. Ese hombre será un árbitro o un ex árbitro. En menos de un minuto dirán si fue gol o no, si fue falta adentro del área o no.
¿El asesor de videos puede decirle al árbitro si fue mano? Miguel Scime, referente de formación arbitral en Argentina, respondió de manera categórica: “No. El asesor de videos lo que puede decir es si la mano fue adentro o afuera en caso de que el árbitro la haya cobrado. Si no, no se puede meter. El árbitro tiene que decidir lo subjetivo: si la mano es voluntaria o no. Y si es voluntaria y la cobra afuera, pero en realidad era adentro, el asesor tiene que decirle que fue adentro. El asesor no se va a meter en si fue mano o no, si no se pierde la esencia del fútbol. Hay que achicar los márgenes de errores objetivos. Primero se tiene que cobrar la falta. Porque si para el árbitro no es falta, no hay falta. Y ahí se equivocó el árbitro. Tenemos que seguir con esa esencia”.
Ante esta disposición, el nuevo presidente de la FIFA, el suizo Gianni Infantino, aseguró: “Realmente hemos tomado una decisión histórica para el fútbol. El IFAB y la FIFA están liderando ahora el debate y no lo frenarán”. Y en sus consideraciones a destacar, el nuevo líder del fútbol mundial lanzó: “Debemos valorar el impacto que el uso de la tecnología tiene sobre el desarrollo del juego. Debemos valorar qué es lo mejor para el fútbol. Tenemos que hacer pruebas para saber si tenemos que aplicarlo o no. Debemos liderar una discusión, no bloquearla”.
Debate y pases cortos
La discusión que pretenden liderar desde FIFA está en juego desde hace varios años. Fue acelerada por otros deportes, desde disciplinas grupales (rugby, voley o hockey) hasta actividades individuales (natación, tenis o atletismo). “El tiempo pasa, nos vamos poniendo tecnos”, sigue cantando Luca en “Años”. Y en estos tiempos tecnos, el fútbol no se termina de adaptar, se resiste a ciertos cambios y se leen declaraciones de personajes históricos, como el de un tal César Luis Menotti.
“La tecnología puesta en el fútbol no sirve para nada. Porque hay un juez, y si la pifia, que la pifie. ¿Cuántos goles en la historia del fútbol se discuten si la pelota pico detrás de la línea? ¿Tres, cinco? ¿Y cuántos goles se convirtieron en la historia? ¡¡Setenta y siete millones de goles!! Bueno loco, si te toca en un Mundial es jodido, pero es jodido si faltan cinco minutos. Sino tengo todo el partido para demostrarte que soy mejor. ¡No jodan más!”, dijo el tipo que cambió para siempre el sentido de la Selección Argentina.