Un nuevo refugio cultural se abrió en el centro de la ciudad.
Un nuevo lugar le abrió su puerta al quehacer de la cultura: Demos Comunidad Cultural Emergente es el nombre que tomó un equipo de jóvenes involucrados con la gestión y la difusión del arte independiente y que el sábado 15 se presentó ante su comunidad. Clowns y los números circenses de Circo Visión, músicos en vivo, cerveza artesanal y pizzas caseras se ganaron la atención de los casi 300 invitados seleccionados especialmente para la inauguración.
La zona del microcentro está llena de edificios y construcciones históricas, de diferentes magnitudes y formas, abandonadas en un gran número. Por 9 de julio al 2200, comentó Martín Ferrato al presentar el proyecto, hay una edificación “que es de 1880, que estaba por convertirse en una torre de departamentos y que nosotros estábamos convencidos de que tenía que ser para recibir y darle espacio a toda esta gente que está acá, que la invitamos nosotros. En definitiva, es antes que todo un lugar para que lo ocupen los artistas. Seis meses estuvimos insistiendo con el proyecto a cuestas hasta que conseguimos el derecho de usar el espacio.”
La fachada onda templo, rectangular y alta, dibuja un arco que da a entrada para auto, pero que es una entrada para gente. Inmediatamente pasando el stand de recepción hay una muestra que se inaugurará días después, acerca del trabajo esclavo en el mundo de la fabricación de ropa. Como una ele tímida, la galería se alarga hasta lo hondo de la cuadra y un entrepiso se cruza por arriba de la gente para alojar al sonidista con sus consolas. En el fondo, una parrilla de luces corona un escenario modesto al que, igual, no le falta nada.
Músicos, actrices, gestores, periodistas fueron algunos de los rubros tachados entre todos los que se llenaban los ojos con las terminaciones de hierro y ladrillo del lugar al que nadie de los consultados por Pausa había entrado antes.
Clowns, malabaristas y un mago, que hizo su número en portuñol y con un miembro de este periódico como asistente, se encargaron de inaugurar Demos: la idea de recuperar la acepción griega para “pueblo” no tiene otro apoyo que el de la idea de democratizar las posibilidades que ofrece el espacio, habilitado legalmente como Centro Cultural Independiente y como Club de Música.
“Nos gustaría sumarnos también a las movidas por ampliar los derechos que de a poco se van consiguiendo. Caminar junto con los artistas y con los demás centros culturales y lugares del palo militando por legislaciones que promuevan y protejan el trabajo local e independiente”, se entusiasma Juma Da Cunha Kessler, una de las productoras del staff de profesionales jóvenes.
Cuando el hielo ya se había roto y la cerveza había ablandado al público, Fanfarria Ambulante armó el baile con su trío de vientos y el acordeón del parisino Fabrice Gaultheron. Le dieron aires de hermandad a los sonidos de los que se confiesan admiradores: Kusturica, Goran Bregovic, Imperial Kirikistan.