A 15 días de recibir por segunda vez al presidente Mauricio Macri en el Vaticano, el Papa Francisco realizó un video dirigido al pueblo argentino dando las razones por las que no visitará nuestro país en 2017, como el mismo Macri había anunciado luego de su primer encuentro con el pontífice en febrero.
Aunque el Papa aduce “problemas de agenda” para su llegada a la Argentina, no son pocas las especulaciones respecto de cuestiones políticas de fondo. “El Papa no es un improvisado, creo que tiene un programa claro, con una mirada desde los pobres, desde los que van quedando fuera del sistema. No es infantil su mala cara a Macri, es un gesto claro, no sólo para la iglesia sino para el mundo”, decía Sergio Rafaela, sacerdote integrante del espacio Curas en la opción por los pobres, en diálogo con Pausa en el Aire.
Rafaela vive en una zona campesina, a 100 kilómetros de la capital de Santiago del Estero. Consultado sobre las cifras de pobreza difundidas en los últimos días por el Indec, el sacerdote comentó: “Me duele ver que la gente está todos los días un poco peor, eso uno lo ve porque anda todos los días en estos ámbitos humildes. Cuando vas a comprar pan te dicen que venden la mitad que el año pasado; cuando vas a comprar carne te dicen que no venden nada; en el corralón no le venden un ladrillo a nadie. Estos números oficiales confirmar un poco eso que se ve, y preocupa, porque uno mira para adelante y no ve mucha esperanza en las políticas a nivel nacional”.
¿Cuál cree que es problema de fondo: qué el país no genera riqueza o qué no se distribuye?
El país genera mucha riqueza. Acá en Santiago, estos últimos años, vimos todo el auge de la frontera agropecuaria y el tema sojero, es terrible, con todo lo que eso implica de matanza de campesinos, expulsión de comunidades campesinas, pelear con los grandes empresarios avalados por la justicia y los gobernantes que dan rienda suelta a estos agronegocios. Uno ve que se genera riqueza, pero son unos tres o cuatro los que se la llevan, no se reparte. Nosotros tenemos bastantes encontronazos con los obispos en cuanto que a veces no dicen todas estas cosas, por eso me llamó la atención que Arancedo, presidente de la Confederación Episcopal, dijera que es de ilusos pensar que la copa que rebasa al de arriba le va a caer al de abajo. Dicho de la boca de él creo que es un signo, porque suelen ser más medidos con esas cosas. Si lo dice es porque la situación no es muy halagüeña.
Democracia de baja intensidad
El pasado 22 de septiembre, Curas en opción por los pobres publicó en su página web una carta en la que se refieren a que el país vive una “democracia de baja intensidad”, sobre esto Rafaela explicó: “Parece todo como un Gran Hermano. Macri que sale en el colectivo y es todo una gran farsa, todas estas cosas parecen parte de una gran puesta en escena y detrás no hay nada. No hay políticas, no se ve que se discutan políticas públicas. La política es buscar herramientas para mejorar la calidad de vida de la gente, y eso no está”.
Viviendo el día a día de la pobreza ¿qué siente cuando el presidente dice que “vamos por el camino correcto”?
Para el país que Macri quiere y sueña, creo que van en el camino correcto, y para quienes gobiernan creo que también, para ese grupo reducido de personas que uno los podía ver en ese Mini Davos, todos contentos y felices. Pero los ámbitos que frecuentamos nosotros, populares, grandes barriadas, comunidades campesinas, se ve que todo eso va a contramano de lo que la gente necesita.
Para Rafaela, las diferencias entre las políticas sociales de los gobiernos kirchneristas y las del macrismo, marcan las diferencias del actual trato del Papa Francisco hacia Cristina Kirchner y hacia Mauricio Macri. “Bergoglio tuvo una relación de amor-odio con Néstor y Cristina. Creo que a grandes rasgos el compartía el modelo de país nacional y popular, pero también se veía en la obligación de cuestionar algunas cosas, como hechos de corrupción o la prolongación de planes sociales en vez de generar empleo genuino, entre otras cosas. Ocupar el lugar que ocupa ahora creo que lo hace ver al país desde otro lugar, valorando más los procesos que han hecho los países latinoamericanos en estos últimos años. La última encíclica del Papa, de cuidado de la casa común, es un posicionamiento político claro. Dice que este sistema capitalista está echando a perder el mundo, hay que hacer algo, ir para otro lado. Macri uno lo ubica dentro de este modelo que se come a los pobres, y lógicamente esto que el Papa propone a nivel mundial, se nota a nivel local con sus gestos y palabras”.