Décima entrega de los Poquet Awards, la apuesta de una figura central de la movida, Ariel Nadalini.
Se viene la décima entrega de los Poquet Awards (el sábado 26 en Tribus), ceremonia para la que se formó un jurado de 20 personas entre periodistas, sonidistas, productores y músicos mismos que contaron con una base de 51 discos para repartir sus votos: desde singles como el rap contestatario de Aktiva2 y el progresivo de Utopa, a EPs heavys como el de Vivos contra muertos y el hard rock de Artefacto. También están los de listas largas: 11 canciones para los discos de Paulo Chiavarini, Los Gastro, Alguien Mató Algo, Inmortal y Los Todopantalla; 12 el de Enigmática; 15 el de Astro Bonzo y 16 el de Pacho y Los Limones. El lazo que se alarga entre la gran mayoría de estos discos es que son de producción independiente.
Todavía está pendiente la tarea de armar una enciclopedia del rock santafesino, por lo que no terminamos de saber muy bien qué hubo antes de Virgem y Bichos de Candy. Pero agarrándonos de estas dos bandas fijamos la convención para el contraste con lo que pasó de ahí en adelante. Acceder a bandas nuevas y sus discos completos, videoclips, rarezas y demás contenidos online es natural para nosotros hoy, constituye una parte de nuestra realidad como cualquier otra.
Más allá de cómo descubrimos música para nosotros mismos, todas las posibilidades tecnológicas habilitan la emergencia de muchísimas más propuestas que las que había hace 40 años. Y hace menos también: “hasta hace poquito me tomaba el trabajo de grabar un par de DVDs donde compilaba los discos y los videoclips y los repartía uno por uno”, cuenta Ariel Nadalini charlando con Pausa a propósito de cómo es la dinámica de jurado de los Poquet Awards, que junto a Rock and Poquet y La Poquet, es uno de los canales mejores trabajados para que los músicos santafesinos difundan sus propuestas.
Inventarse un trabajo
El principio del milenio no fue fácil para los argentinos, mucho menos para los trabajadores y los profesionales recién egresados; los trabajos independientes se estaban lavando la cara y a eso fueron muchos emprendedores: “junto con otros dos compañeros de la facultad vimos lo complicado que era hacerse un mango laburando de diseñador, pero nosotros queríamos laburar de esto, así que a finales de 2000 empezamos con una idea de una revista de tecnología, deportes extremos y música… Después quedé solo y como mi mundo era el rock y la música independiente, bueno, era por ahí. Me acuerdo de una nota que titulé ‘Independencia Records’ y hablaba del laburo de Cabezones, Invasión Mosquito y Flor Mostaza...”
A los meses explotó la crisis y la baja de costos: una tirada más corta y a dos tintas en vez de a cuatro, pautas publicitarias más baratas y así se salió del paso. Un nombre copado, formato bandoneón (los dobleces son a mano siempre, salvo para esta previa de la ceremonia que van a salir revistas abrochadas) y, en la premiación, el arte de tapa de las revistas ya tiene su terna propia: desde los Jedy mezclados con sus personajes predilectos hasta Rodolfo Martoccia (el deambulador noctámbulo), las ilustraciones de las notas de tapa La Poquet son un espacio que habilita un desarrollo estético propio en conversación con el de los artistas y personajes de la cultura en general: “primero era como venderle el alma al diablo, ¡los vagos se sentían caretas! Pero la cosa fue cambiando y el juego hoy está totalmente abierto, sin dudas”.
Los premios de la radio
Para 2005, después de quién sabe cuántas visitas a Zona de nadie, el programa que Ramiro Relañez sigue haciendo, Ariel se sumó junto a Guillermo Pez (aka Willy Fish) para consustanciarse como programa de radio: Rock and Poquet empezó en la vieja Rock&Pop santafesina, pasó por la ex Mega Rock Nacional también santafesina, Radio Pandora, Radio Camco y se mantiene en la FM Ochava Roma: “todavía tengo los cassettes de acústicos de las bandas que pasaron por el programa y se copaban cayendo a tocar, hay uno de La Cruda que fue buenísimo”, cuenta.
A todo esto se hizo 2007 y Ariel se acordó de que había prometido que para ese año iba a empezar con la entrega de premios, y cumplió: “empezó como un chiste a cuento de que estaban muy prendidos los Premios MTV y eso, así que cuando llegó ese año lo propuse con gente que estaba en la movida y salió con un jurado de seis personas; pienso que para armar una cosa así como una entrega de premios tiene que haber personas con distintas perspectivas acerca de lo musical. Por suerte la idea se entendió y le dimos para adelante. Para esa primera alfombra roja del rock santafesino tocó Sr. Brass con el Negro, Martín y Leo (La Cruda), la Mili (De Pró, ex Levitar), y el Ale Collados (miembro de Cabezones en esa época), hicieron un tema de Bob Marley increíble”. El testimonio de esa noche, con un audio horrible pero de colección está en YouTube y también está Luli Molinas, bajista de Los Cohibas, tocando la guitarra.
“El apoyo de los músicos es algo para destacar también, porque de esto nadie ve un mango y no se hace por ningún interés particular de nadie y, sin embargo, se preocupan en hacerle llegar a uno lo que están haciendo. Aunque ni siquiera estén como invitados del día, se vienen hasta la radio para alcanzar los discos y a eso no me canso de agradecerlo”, termina Ariel.
La noche del 26 se van a entregar 22 estatuillas entre ternas individuales y grupales y será en tandas; entre cada una, va a tocar una banda: Sucios Diamantes, Los Gastro y Caliba, que se reúne después de casi 20 años. Será desde las 22.00 con conducción de la Negra Díaz y Martín Ferratto. Las entradas se pueden comprar en Say no more (General Paz 5708).