El último informe publicado por el Instituto de Salud Socioambiental coordinado por el doctor Damián Verzeñassi corresponde a una localidad entrerriana visitada en 2015, San Salvador. La superficie sembrada en su departamento, durante los últimos 12 años, creció un 60%. Es la capital nacional del arroz, la sede de la fiesta nacional del arroz, concentra el 75% de la actividad arrocera nacional y es el lugar donde los habitantes se la pasan esnifando arroz transgénico rociado de agrotóxicos y hecho polvillo por los molinos del lugar.
La bruma blanca está contaminada por cuatro clases de pesticidas y los mayores inconvenientes en materia de salud son las enfermedades respiratorias (rinitis alergénica, congestión nasal, faringitis y reacciones asmáticas) y el cáncer de pulmón. En los últimos 12 meses previos a la toma de datos, el 47,1% de los encuestados tuvo problemas de salud vinculados al aparato respiratorio.
La principal causa de muerte es el cáncer. La tasa bruta para 2014 fue de 389,5 casos cada 100 mil habitantes: muchísimo más que la media nacional, aumentando notoriamente la cantidad de casos con el paso del tiempo.
La encuesta alcanzó a 2.824 personas, el 21,3% de los 13.228 habitantes de San Salvador según el Censo 2010.
A los pocos días del relevamiento, el 30 de abril de 2015, el director del hospital de San Salvador, Lorenzo Torrez, cuestionó la vinculación del uso de agrotóxicos con los casos de cáncer. “Al Roundup Monsanto lo tienen recontra estudiado que no produce nada”, consideró, tras ponderar como mayores causales de cáncer al crecimiento de la población, el tabaquismo, el alcoholismo y las prácticas reproductivas tierra adentro: “la gran consanguinidad que tenemos en los pueblos chicos”. “Esto es lo que tenemos que ver y aclarar, porque si no esto se va a convertir en una psicosis y va a terminar en un suicidio generalizado”, imaginó la autoridad sanitaria local.
El informe completo, aquí.