Poderoso fue don aguinaldo en agosto y septiembre, haciendo repuntar las ventas de vino a su magro pico de este año. Octubre trajo todo a la normalidad y las salidas para el mercado interno volvieron a caer, marcando el peor décimo mes desde que hay registro (2009).
El ajuste se traduce en cambiar el ancestral néctar de las uvas por lo incoloro, inodoro e insípido. Las ventas de vinos pasan por su peor año, de manera irreversible. El último dato publicado por el Instituto Nacional de Vitivinicultura corresponde a octubre: la caída interanual respecto de igual mes de 2015 es del -12,6%, la caída respecto del mes anterior (septiembre de 2016) es del -8,3% y la caída interanual acumulada (de enero a octubre, 2015 contra 2016) llega al -7,9%.
Agosto y septiembre dieron un poco de respiro, superando a los mismos meses de 2015. Pero el bajón de octubre fue demasiado fuerte y empeoró la caída global. Además, octubre fue de los mejores meses desde 2013 a la fecha, el último mes bueno antes de que el calor vuelque a los seres humanos hacia el porrón. Sin embargo, y pese a que la temperatura fue propicia para el elixir de Baco, en 2016 octubre estuvo por debajo de todos los octubres desde 2009.