UN AÑO DE MACRI | Cómo Cambiemos derrotó la discusión política sobre el funcionamiento de la economía.
Entre los textos menos leídos están los análisis de la economía, excepto cuando dan recomendaciones directas o vaticinios contundentes, siempre y cuando no tengan sus fundamentos desarrollados. Las cifras y la terminología pueden ser áridas, su repetición expulsa y vuelve a la economía algo ajeno.
[quote_box_right]Ningún texto sobre economía puede ser neutro: aquí adoptamos la perspectiva de los trabajadores. Y las decisiones políticas del gobierno nacional beneficiaron sólo a los sectores que exportan, que tienen ingresos en dólares o que dominan ramas de forma casi monopólica. [/quote_box_right]
Los vaticinios sin fundamento a veces comparan la economía nacional con la hogareña. Esa analogía es inadecuada: si uno no paga sus deudas el prestamista te parte las piernas; los Estados no pueden ser rematados, dicen “no pago más” y lo peor que les puede pasar es que no les presten, por un tiempo. Una economía doméstica tiene sus contradicciones, pero no como las que Argentina tiene con el dólar. El campo lo quiere recontra alto porque exporta mucho e importa poco, los industriales varían según el peso relativo de sus exportaciones e importaciones y las finanzas quieren un dólar saltarín, para que sea más fácil pedir prestado afuera (a baja tasa) traer la plata al país, pasar a pesos y ponerla en el banco (a una tasa más alta), cambiar de nuevo a dólares, pagar el préstamo afuera y fugar una diferencia que paga el Estado a partir de la contribución de los que todavía no fueron nombrados: los trabajadores.
“No hay alternativa”. ¡Cuántas recetitas clausuran así sus explicaciones! Quien dice eso oculta a quién está beneficiando con una malicia particular: las relaciones sociales no responden a un orden matemático o natural (como si, acaso, la naturaleza realmente tuviera una lógica inmutable). Las relaciones sociales se transforman de acuerdo a cómo se traducen en fuerzas políticas que regulan los inevitables conflictos y contradicciones en los que vivimos.
El principal daño
Cada elemento negativo de la herencia que recibió el gobierno actual fue agravado; la mayoría de los elementos positivos fueron disueltos. Ningún texto sobre economía puede ser neutro: aquí adoptamos la perspectiva de los trabajadores. Y las decisiones políticas del gobierno nacional beneficiaron sólo a los sectores que exportan, que tienen ingresos en dólares o que dominan ramas de forma casi monopólica. Esto no se debe a una causa natural ni responde a una razón matemática. No se trata de “decir la verdad” o de “transparentar”. Desde la impresión de la moneda hasta la fijación de los impuestos, desde el presupuesto hasta la obra pública, desde la cantidad de trabajadores que emplea hasta el uso de sus fuerzas armadas y represivas, los estados nacionales fueron, son y siempre serán los principales actores del mercado. La verdadera distorsión es mostrar las decisiones públicas como si no fueran tales, sino como una adecuación a lo que debe ser. Volviendo a la metáfora: es lógico que en una casa sean los administradores del dinero –por su trabajo fuera y dentro del hogar– quienes deciden cambiar el auto o viajar todos a Mar de Ajó; en un país todos producen riqueza –los trabajadores no son un costo–, todos tienen intereses distintos, cuando no opuestos, y no hay nada de lógico en que el Estado democrático fomente que las palancas que mueven la dinámica social queden en manos de quienes más ingresos se apropian.
[quote_box_left]Una economía doméstica tiene sus contradicciones, pero no como las que Argentina tiene con el dólar. [/quote_box_left]
En la reversa, esos agentes concentrados que parecen puramente económicos toman decisiones que tienen profundidad política. El conglomerado transgénico está en toda tu comida. Los exportadores de ganado administran los asados. Las farmacéuticas deciden cómo te drogás. La distribución de la información se ajusta a la grillla de la TV. Toda empresa es política y las medidas económicas son la expresión condensada de esas decisiones políticas.
El principal daño de la política económica de Cambiemos fue –otra vez más– erradicar de la discusión política la acción de los agentes económicos. Esa batalla alcanzó su pico en 2008, cuando el lock out patronal agrario puso en tela de juicio las variables principales de la economía y desnudó cuáles son las fuerzas políticas y cómo operan. El triunfo del campo no fue frenar la resolución 125, sino demoler las condiciones de esa discusión, que la victoria de Cambiemos ratifica. El mercado funciona naturalmente, como crece una batata. Lo demás es un corolario que el Indec pone en cifras (no pueden faltar): en 2015, el 10% más rico ganaba 18 veces lo que el 10% más pobre; en 2016 esa distancia se multiplica por 23.