El Estado puede ser más que la cana

Nueva Oportunidad y sus acciones junto a los jóvenes más excluidos de doce barrios.

El programa Nueva Oportunidad, destinado a jóvenes entre 14 y 30 años en situación de vulnerabilidad, se inició este año en la ciudad de Santa Fe como una política transversal de gobierno tendiente a la convivencia y equidad ciudadana, promoviendo las capacidades de sus participantes como sujetos de derecho y actores estratégicos en los procesos de desarrollo de sus ámbitos. La iniciativa, que arrancó en nuestra ciudad en mayo con 300 jóvenes, cerró recientemente su ciclo 2016.

Nueva Oportunidad consistió en un proceso que duró nueve meses, con dos encuentros semanales de capacitación en oficios y otro más de trabajo pedagógico denominado Tercer tiempo, donde se trabajaron cuestiones como violencia, consumo, género, salud sexual y reproductiva, y en el que se propuso el acceso a la ciudad y a espacios culturales como La Redonda, El Alero y La Esquina Encendida. Los grupos, que contaron con referentes territoriales estatales, se afianzaron a lo largo del año en barrios priorizados por el Plan Abre: Coronel Dorrego, Alto Verde, Loyola Sur, Los Troncos, La Guardia, Vía Muerta (en la zona de la costa), Barranquitas, Villa del Parque, San Agustín, Las Lomas, Acería y Santa Rosa, sumado a un grupo que se organizó en el pabellón juvenil de la cárcel de Las Flores. Los talleres dictados fueron herrería, carpintería, albañilería, mecánica, costura, electricidad, refrigeración, panadería, serigrafía, rap, fotografía y video, gastronomía, peluquería e informática.

El primer antecedente del Nueva Oportunidad se registró en Rosario tres años atrás, y desde la labor con las Mesas Barriales surgió un dato: existía una población de 15 a 30 años cuyo único vínculo con el Estado se daba a través de la policía, con una tasa de homicidios en aumento.

El director provincial de Desarrollo y Orientación Social de la Región 3, Mariano Granato, señaló: “buscamos generar un contexto de afectividad que permita ir deconstruyendo algunos mensajes que la sociedad tiene incorporados sobre violencia y consumo”. El coordinador de la iniciativa en Rosario, Luciano Vigoni sostuvo que “es una política pública contrahegemónica que intenta ir a contrasentido de lo que nos propone nuestra época. No hacemos asistencialismo, trabajamos con el vínculo humano entre un profesional, una organización y un joven. Y esa relación, prolongada en el tiempo, permite trabajar lo singular y lo colectivo, entendiendo que es un camino muy largo. Ese vínculo puede dejar marcas para un proyecto de vida diferente. Parándonos sobre las potencialidades, la cuestión es cómo vamos atravesando este recorrido en donde el sistema, que tiende a reducirnos al individualismo, los lleva, como a todos, al consumo. Sin embargo, en contextos sociales de exclusión, de vulneración de derechos, esto termina por comprometer su supervivencia. No es sólo una cuestión de estratos sociales sino de humanidad”.

“Junto a distintas organizaciones y organismos estatales pensamos recuperar el enorme capital que hay y cómo eso se configuraba en una propuesta que nos permita enfocar dos ejes claros: uno era, como Estado, empezar a trabajar con una población a la que llegábamos fragmentariamente; y por otro, hacia dentro del Estado, cómo discutíamos políticas públicas mucho más integrales. Es difícil garantizar el derecho en soledad: cargarle toda la responsabilidad a un trabajador del centro de salud de Alto Verde es un poco pesado –ejemplificó–. El Estado solo no puede garantizar derecho y es muy complicado que lo haga sin la participación de la comunidad.  Y las políticas deben apuntar a una propuesta que trabaje con los jóvenes en situación crítica, pero que a su vez mejore sus condiciones materiales”, profundizó Vigoni.

Egresos y continuidad

Durante el acto de colación de 208 jóvenes egresados de los talleres, el coordinador territorial Nicolás Zanón celebró que “fuimos creciendo todos los días gracias al compromiso y el esfuerzo de cada uno de los referentes territoriales y docentes. Los jóvenes de los barrios pudieron vincularse con instituciones del Estado y con las organizaciones sociales; y en cada instancia de trabajo o recreación logramos apropiarnos legítimamente de los espacios públicos”. Finalmente, Mariano Granato se refirió al futuro: “Estamos planificando acciones con los ministerios de la Producción y Trabajo y Seguridad Social para poder concretar un proyecto muy innovador que consiste en la construcción de 10 centros de producción en toda la provincia, para que los jóvenes que participaron del Nueva Oportunidad tengan un anclaje laboral”.