El individualismo del tenis desde hace años alimentaba el sueño de ganar en equipo. Ese sueño quedó a un paso de la realidad en cuatro finales (1981, 2006, 2008 y 2011), pero en la quinta (2016), luego de jugar de visitante en toda la serie, un grupo de obreros inteligentes y un talentoso se quedaron con uno de los pocos logros importantes que aun le restaba ganar al deporte argentino.
La consagración del tenis en Croacia cerró un círculo que abrió Guillermo Vilas y hoy concluye Juan Martín Del Potro. Con el gran objetivo cumplido, ahora nuestro tenis transitará sus caminos individuales y el año que viene, cuando salgan a la cancha a defender el título, la Davis ya no será un motivo de presión, será un placer de jugar por el bien de un grupo. Con esta hazaña que comandó Del Potro, el tenis ingresó al salón más importante del deporte nacional.