El colectivo LGBTIQ marchó para reclamar derechos. Las leyes existen, pero no alcanzan.
La comunidad LGBTIQ (lesbianas, gays, bisexuales, trans, intersexuales y queers) llenó de color la cabecera del Puente Colgante durante la tarde del domingo 20 de noviembre: de a poco se armó un grupo numeroso y expectante por la convocatoria final de la Marcha del Orgullo. La caravana arrancó, se movilizó mil metros hacia el norte y se quedó en el faro de la Costanera, donde el escenario ya estaba listo y los artistas preparados. Sonó la música de Bife, Batucada Sueño Dorado, Las Hermanas Anderson y Mariano Cripa, hubo performances y las consignas se hicieron escuchar ante la multitud convocada: basta de violencia y criminalización hacia la diversidad sexual; basta de travesticidios y femicidios; basta de violencia policial e institucional contra lesbianas, gays, bisexuales y trans; aprobación de la Ley de Protección Integral para Personas Trans; implementación efectiva de la Educación Sexual Integral con perspectiva de género y diversidad sexual; aborto legal, seguro y gratuito; separación de la Iglesia del Estado.
La primera Marcha del Orgullo para celebrar la disidencia sexual se realizó en Santa Fe hace diez años. En 2016, el colectivo decidió reclamar con más fuerza, para lo cual se armó una mesa integrada por diversas organizaciones sociales y estatales. “Nuestra unidad será la conquista de nuestros derechos”, señalaron.
Sobre la consigna central, Leandro Wolkowicz, miembro de la organización El Orgullo, comentó “debemos visibilizar la violencia creciente que están sufriendo las compañeras del colectivo trans, al igual que el recrudecimiento de la violencia hacia las mujeres”. Asimismo, reconoció que “compañeras travestis no logran acceder a su derecho a la salud integral en efectores públicos y entendemos que ése es un claro caso de violencia institucional”. Y agregó: “pedimos que la ley de Educación Sexual Integral sea implementada de manera efectiva, con perspectiva de género y diversidad sexual, que es lo que más cuesta porque hay una disputa con ciertos sectores que quieren convertirla en una educación con valores morales conservadores. Además solicitamos la separación de la Iglesia y el Estado, porque es uno de los grandes agentes que luchan en contra de los avances de nuestro colectivo”.
En tanto, la militante de MISER (Movimiento de Integración Sexual, Étnica y Religiosa) Alejandra Ironici manifestó que “la capital de la provincia tiene la particularidad de ser todavía una sociedad muy cerrada, reticente a implementar los cambios que implican las leyes que hemos conquistado, como la de matrimonio igualitario e identidad de género. Falta mucho trabajo para lograr un cambio cultural, y a lo mejor nosotros no los veamos nunca. Sin embargo la idea es, a través de estas marchas, poner en agenda los derechos que pedimos”.
[quote_box_right]"Hay mucha violencia institucional contra las chicas trans, tanto desde la policía como desde el sistema de salud y educativo", dice Paula Spina.[/quote_box_right]
En cuanto al acceso al trabajo de las personas trans, Ironici señaló: “por más que el gobierno de Santa Fe puso énfasis en programas como el Nueva Oportunidad –que cuenta con 100 personas capacitándose en oficios en Santa Fe y Rincón–, es necesario que se cree e implemente la ley de cupo laboral trans en la provincia como un mecanismo para que el Estado garantice el derecho a la dignidad de tener un trabajo. Y viendo la situación de vulnerabilidad extrema en la que vive este colectivo, creemos que el año próximo estaremos en condiciones de poner sobre tablas este proyecto”.
Michelle, una de las participantes trans de la marcha, contó a Pausa que empezó a militar por sus derechos convocada por la Asociación de Travestis Transexuales y Transgéneros de Argentina (ATTTA). “La ley de identidad de género cambió nuestra realidad, por ejemplo cuando algunas compañeras quedaban viudas los familiares de sus parejas les quitaban todo y quedaban desprotegidas. De todos modos hay puntos de la ley que no se respetan, sobre todo lo referido a acceso a salud digna”, apuntó. Interrogada sobre la realidad que viven las personas trans en nuestra ciudad, expresó que “acá estamos bien, pero hay compañeras de pueblos aledaños a las que se les dificulta salir a trabajar vestidas como quieren porque las llevan presas, se nota mucho la falta de educación en las fuerzas policiales. Es triste, muchas se van de sus pueblos, desterrando sus costumbres, hacia las ciudades más grandes para poder ser aceptadas y sobrevivir”. De su propia vida, Michelle dijo: “nunca sufrí discriminación porque soy una persona fuerte y me siento realizada. Llevar esta vida, que es una elección, costó. Pero estoy rodeada de mucha gente buena que me apoyó. Las amistades que tengo son lo mejor que me pasó, ellos me dieron trabajo y ayudaron con mi educación”.
Acompañadxs
En coincidencia con los organizadores de la Marcha del Orgullo, Paula Spina, coordinadora del Programa Igualdad en la Diversidad de la Municipalidad, afirmó: “se siente que hay mucha violencia institucional contra las chicas trans, tanto desde la policía como desde el sistema de salud y educativo. Es un gran desafío seguir luchando por la no violencia y no discriminación dentro de estas instituciones, que se terminan volviendo el principal motor de reproducción de la desigualdad y la exclusión. Por eso, junto al área de Salud de la Municipalidad estamos realizando capacitaciones en efectores públicos, falta trabajo respecto a la adecuación del decreto reglamentario de la ley de identidad de género”.
Spina opinó que “a nivel social sigue habiendo una mirada bastante heteronormativa y discriminadora. Quizás cambió un poco el umbral de lo políticamente correcto, o hay discriminaciones más burdas que se tapan o se manifiestan a través de un silencio, un gesto o una broma”.
El subsecretario de Políticas de Diversidad Sexual de la Provincia, Esteban Paulón, presente en la marcha, analizó: “la discriminación que sufre el colectivo de la diversidad sexual tiene mucho que ver con la falta de visión que la sociedad tiene sobre el mismo. Estas marchas se tratan de estar orgullosos de salir a la calle y decir que somos como cualquier otra persona: tenemos los mismos sueños, alegrías, tristezas y frustraciones, sólo tenemos una forma distinta de orientar nuestro afecto, amor o la construcción de nuestra identidad”.
Consultado sobre el primer año de funcionamiento de la cartera que preside, Paulón se mostró conforme porque “logramos trabajar de manera descentralizada en las cinco regiones: en todas se generaron acciones, algunas orientadas a la inclusión laboral y educativa, otras con asistencia directa a la comunidad con la promoción de derechos”.