Fuerte debate por el uso oficial de datos personales.
El gobierno nacional delineó una estrategia de comunicación basada en la personalización del contacto con el ciudadano mediante las redes sociales. Para ello, en agosto el jefe de Gabinete Marcos Peña unificó la información de sus potenciales receptores y sistematizó su estrategia de comunicación basada en Internet.
La Secretaría de Comunicación centralizó las bases de datos de la Anses, el Pami y la Afip. De esta manera lograron confeccionar un listado único con los datos personales de todos los habitantes registrados en el país. Es decir, el Estado ahora tiene una nómina de argentinos en la que se especifica su nombre y apellido; DNI; Cuit/Cuil; domicilio; teléfonos; correo electrónico; fecha de nacimiento; estado civil, estudios e historia laboral.
Debido a la digitalización de la información, los datos privados y las actividades públicas que efectúan las personas se convirtieron en una gigantesca masa de bits acumulada por distintas oficinas estatales y empresas privadas.
Al unificar todas las bases de datos, el gobierno puede conocer los contactos que realizan, los lugares donde circulan, sus patrones lingüísticos y modos de uso de las redes sociales. Si a esto se le suman los registros de Facebook, es posible delinear una configuración de los perfiles de cada persona.
Esta situación habilita no sólo el control de los ciudadanos, sino fundamentalmente a la segmentación de públicos o, mejor dicho, la identificación de potenciales votantes. De esta manera, el gobierno puede tener un mejor acercamiento a las personas con el propósito de vigilarlos, pero también para persuadirlos.