El Ministerio de Agroindustria difundió los datos sobre ventas de cigarrillos en enero. Respecto de diciembre, la caída es de 4,7%. En el acumulado de los últimos 12 meses, es el peor año en ventas desde 2005.
Ni siquiera para el vicio. Las ventas de cigarrillos en enero alcanzaron los 164.496.755 atados de 20, un 4,7% menos que en diciembre de 2017, aunque subieron un 1,2% respecto de enero de 2016 (quedando un 0,2% por debajo de las de enero de 2015). En el acumulado de los últimos 12 meses, son las ventas más bajas desde que hay registro. De febrero de 2016 a enero de 2017 se vendió un 11,46% menos que en igual período de 2015 y 2016.
La malaria es general e histórica en los consumos más básicos del argentino tradicional típico, como la carne, el vino y la leche. Los puchos no son la excepción. Los cuatro consumos están en el piso. Todavía resta saber qué impacto tendrán los aumentos de febrero.
Para los kiosqueros el panorama es sombrío, no porque el tabaco les genere grandes ingresos, sino porque arrima clientela al negocio. Sumando una arista al respecto, según la Came en todo 2016 las ventas de golosinas cayeron un 8,7% respecto de 2015 (la merma fue del 2,2% en enero de 2017, comparado con enero de 2016).
¿Cuántos fumadores están de cara?
En el último año se consumieron 1.796 millones de atados de 20. En igual período anterior, se fumaron unos 2.028 millones. Suponiendo que un fumador se clava un atado de 20 por día –en un promedio entre los flojitos que se compran el de 10 y los que se hacen uno después de comer y de ir al baño y los que se absorben a sí mismos con dos atados diarios–, actualmente hay unos 4.920.928 fumadores, contra 5.557.831 antes. Son 636 mil personas, a ojo de buen cubero, que dejaron de fumar en el último año como evidente consecuencia del aumento del precios.