El ministro de Energía Juan José Aranguren anunció abundantes subas en las tarifas del gas el pasado 10 de marzo en audiencia pública. El Defensor del Pueblo de la provincia de Santa Fe, Raúl Lamberto, participó del encuentro y señaló que las subas no cumplen "con los requisitos de gradualidad, proporcionalidad y razonabilidad".
Suenan mucho menos violentos que el año pasado, pero no están tan lejos en billetes contantes y sonantes. Si una tarifa de 100 pesos aumentó un 200%, ahora es una tarifa de 300 pesos. Si sobre esos 300 pesos se aplica una suba de 50%, uno cree "qué bien, qué bien, no es un aumento tan grande". Pero la base son los 300 pesos. Así, una suba de 200% un año y 50% en el otro luce a gradualismo pero en oro es casi lo mismo: 200 pesos en el primer sablazo, 150 en el segundo.
El ministro estipuló que las subas residenciales promedio en abril (ya está planeado otro aumento en octubre) alcanzarán el 13%, con aumentos que irán del 9% al 21%. Si la tarifa ya es superior a $250, se pondrá como tope un 300% de aumento para los usuarios residenciales y 500% de aumento para las pymes, dependiendo de la categoría. Para el Ombudsman santafesino, "aunque se diga que el aumento será desdoblado no deja de ser un incremento calculado para ser aplicado en su totalidad justo en los meses donde comienza el frío y los niveles de consumo son los mayores del año".
Los aumentos que impone la Nación se producen lo que se llama Punto de Ingreso al Sistema de Transporte (Pist). Sería algo así como un aumento del gas en bruto, listo para ser distribuido. Fuera de que las tarifas del gas Pist están dolarizadas, el gobierno pretende reducir los subsidios (lo que en los hechos es trasladar el pago de ese gas primario a los usuarios). Lamberto reseñó los aumentos que devienen de las quitas de subsidios: el "ministerio propone para este período una reducción del subsidio en el valor del gas Pist del 50% al 45% (US$3,42 a US$3,77 el MMBtu), siendo que los aportes del Estado en un año –marzo 2016 a marzo 2017– fueron reducidos del 81% al 50%”. Y alertó además que para octubre de este año "se establece que el subsidio sería sólo del 38%, no existiendo gradualidad alguna en el esquema diagramado por la resolución ministerial”.
Quizá parezca que un aumento de 35 centavos de dólar es poco: en realidad es una suba del 10,2% del primer precio que determina el valor de toda la cadena de distribución del gas. En octubre, el gas Pist ascendería a U$S 4,19, lo que totalizará un 22,5% de aumento en el año. En declaraciones a radio Mitre, Aranguren estimó que los aumentos finales oscilarán entre el 30% y el 40% sólo en abril. Para octubre (que se empieza a pagar en noviembre) el segundo incremento será aún mayor, pero ya habrán pasado las elecciones.
La proyección que ya tiene el Ministerio de Energía para el año 2019 preocupa a Lamberto: “teniendo en cuenta que se mantiene una previsión del precio de MMbtu a U$S 6,80 al año 2019 cabe preguntarse ¿cuál será entonces el precio final que tendrá el servicio para los usuarios?, sin duda de alto impacto”.
Además de solicitar una auditoría externa sobre los costos, "conformada por universidades, colegios de profesionales y defensorías", Lamberto lametó que se hiciera caso omiso "a lo peticionado por los defensores del Pueblo del país en la audiencia pública de gas de septiembre de 2016, ya que se solicitan nuevos aumentos sin considerar las actualizaciones salariales y con muchas paritarias sin acuerdo o que aún no fueron convocadas”. El Ombudsman fue taxativo: “Desde la Defensoría pedimos al Ministerio que no aplique los aumentos”.