La deuda externa no para de crecer, y sin ninguna utilidad, excepto la de sostener una sangría financiera. La mayor parte de las emisiones fue para pagar deuda ya contraída. Así, la deuda consolidada creció de enero a febrero de 220.909 millones de dólares a 221.841.
El 75% de las emisiones vence en menos de cinco años, informa el documentado Observatorio de la Deuda de la Fundación Germán Abdala. Eso quiere decir que los pagos se acumulan en el corto plazo, exigiendo como nunca al tesoro. Esta estrategia de endeudamiento de corto plazo ya generó un cuello de botella en este año: "para 2017 se esperan vencimientos por USD 57.009 millones, de los cuales el 65% (USD 36.856 millones) corresponden a emisiones del Tesoro Nacional realizadas a partir del 10 de diciembre de 2015". El gobierno se está endeudando mucho, a corto plazo y, en su mayor parte, para pagar deuda y financiar la fuga de capitales. Una bicicleta muy antigua y con resultados trágicos en nuestro pasado histórico.
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De diciembre de 2015 a la fecha la deuda aumentó de 160.150 millones de dólares a 221.841 millones en febrero pasado. En apenas 14 meses el nuevo modelo aumentó la deuda un 38,52%. La deuda representaba apenas el 14,2% del PBI. Un año después, representa el 17,5%.