El primer año de gestión de Cambiemos produjo una fuerte caída del producto bruto interno (PBI), que llegó al 2,3% para atrás respecto de 2015, pese a que el FMI había previsto a comienzos del año pasado que la merma apenas iba a ser de 1%.
El Indec estimó que la economía argentina se retrajo un 2,3% en 2016. Puntualmente, el cuarto trimestre de 2016 estuvo un 2,1% debajo del cuarto trimestre de 2015, acumulando tres trimestres (nueve meses) de caídas interanuales (los dos trimestres anteriores tuvieron caídas de 3,7% cada uno).
Lo más significativo es la fuerte caída de la inversión (7,7% para atrás en el cuarto trimestre). El modelo de las inversiones tuvo un año para el olvido, excepto para los amantes del curro financiero. De manera internanual, la inversión cayó en todos los trimestres del año (1,7% en el primero, luego 4,1%, 8,2% y 7,7%). En términos relativos, el impacto fue mayor que el de la caída del consumo privado (es decir, la retracción en lo que el pueblo compra para vivir y darse bienestar). Siempre según el Indec, el consumo subió en el primer trimestre un 2,2%, para luego caer 2,6%, 2,9% y 2,1%.
Redondeando, el consumo cayó en todo 2016 un 1,4% y la inversión un 5,5%, respecto de 2015.
Un resultado positivo, según las cuentas nacionales, es que las exportaciones aumentaron un 3,7% en todo 2016. En primer lugar, hay una pequeña distorsión: en el último trimestre de 2015 los productores de cereales amarrocaron las semillas en los silobolsas a la espera del combo de devaluación y quita de retenciones. Por ello, en el primer trimestre de 2016 las exportaciones subieron un formidable e inusual 13,1%, para luego bajar a niveles negativos y volver a subir en el cuarto trimestre al 7,7% (en la obvia comparación con, justamente, el trimestre en el que no se exportó a la espera de las dos medidas iniciales de Cambiemos). Es decir: ese 3,7% necesita más interpretación para ponerse en contexto. Lo que no necesita mucha más glosa –basta hablar con zapateros, textiles, fabricantes santafesinos de llantas, productores porcinos– es la suba de las importaciones, que aumentaron 5,4% en global anual.
Cayó la economía, pero subieron las importaciones. Un suicidio productivo.
En lo que respecta al consumo público, se puede ver con claridad cómo el ajuste fue algo real. Se trata del consumo que hace el Estado, en todos sus niveles. En 2005 creció un 9,9% respecto del año anterior, en 2006 un 3,7%, luego 7,8%, 5%, 5,6%, 5,5%, 4,6%, 3%, 5,3%, 2,9 y 6,8% en 2015. En el primer año de Cambiemos, el aumento del consumo público estuvo por debajo del crecimiento vegetativo de cualquier población: 0,3%.
#DatoINDEC
Producto Interno Bruto #PIB bajó 2,3% interanual en 2016. En el 4º trimestre subió 0,5% vs trim. anterior https://t.co/kKiiPZb3rv pic.twitter.com/29hXUGBhJi— INDEC Argentina (@INDECArgentina) 21 de marzo de 2017
A valores constantes, el PBI de 2016 se encuentras apenas por encima del de 2014 y muy por debajo del de 2015, 2013, 2012 y 2011. La medición per cápita da peores resultados. Como se recordará, según la revisión sobre el PBI del nuevo Indec, Argentina venía de crecer un 2,6% en 2015. Como sea, el gobierno podrá decir que la caída del PBI fue menor que la caída de 2014, que llegó al 2,5%. Sea salvado el relato.