Reclamos en el acto por los 14 años de la inundación: “A esta provincia le faltan políticos, gobernantes, jueces, legisladores y funcionarios públicos que estén comprometidos para atender las necesidades de las mayorías, que son siempre las más castigadas”.
Documento completo de la Asamblea de Inundados de Santa Fe a 14 años de la inundación del río Salado:
Santa Fe, 29 de abril 2017
Inundados de ayer, inundados de hoy, inundados por venir.
Nos convocan muchísimas vivencias tras 14 años de lucha inclaudicable por Justicia, Verdad y Memoria tratando de dar nuestra cuota de esperanza y sin olvidar nuestros dolores, nuestra indignación, nuestro muertos y secuelados, ante tanta desidia de abandono y cinismo del gobierno de Carlos Alberto Reutemann, ante el crimen hídrico de la inundación del 28 y 29 de abril del 2003 en esta ciudad capital y zonas aledañas.
Vivimos momentos decisivos en cuanto a la manifestación de justicia o impunidad por parte de la Corte Suprema de Justicia. Corte mayoritariamente reutemanista y que sospechosamente demora su manifestación sobre la queja judicial presentada por el payaso asesino ex intendente de esta ciudad Marcelo Álvarez, hoy refugiado en un pueblo de la costa santafesina tratando de pasar desapercibido. La Corte está esperando con su demora que se acerquen los días electorales de este año 2017 para atemperar el impacto de su dubitativa decisión, esto se desprende de las declaraciones de su presidente Daniel Erbetta, quien nos agrede con su autoritarismo de que en tres meses se van a expedir con el fallo, le guste a quien le guste, así se expresa el presidente de la Corte.
De la verdad histórica, ni una palabra; de la verdad jurídica de aquel 29 de abril del 2003, ni una palabra.
Quieren hacer prevalecer el derecho individual de Marcelo Álvarez sobre los derechos colectivos de 150.000 seres humanos, sobre 28.000 familias inundadas, sobre 158 muertos, 18 de los cuales figuran dentro de la causa pena; el resto es material de descarte. De eso tendría que hablar esta Corte, del crimen hídrico, de los responsables, de las obras, de avisar la evacuación, de cuidar a los ciudadanos. Pero no es así, ellos sólo miran la formalidad de lo legal y nos tratan de conducir a una trampa inmunda, pueden llegar a decir lo siguiente son culpables pero está prescripta la acción penal.
La Impunidad Jurídica propia y de los que tienen dinero y poder, es la bandera que levantan estos lúmenes de la famosa justicia santafesina.
El finado inundador y ex gobernador Obeid, cuando se refugió en el obispado a fines del 2003, nos apodó como “Los locos inundados”. Hoy la cruda realidad nos ha demostrado que esos cuatro locos, teníamos razón. Las inundaciones no son un fenómeno natural aislado, ni imprevisible, todo lo contrario, son el fruto amargo de un modelo productivo extractivista, de una economía de máxima concentración en lo agrario y en la comercialización de granos, que nos provocan serias consecuencias en una amplia región geográfica que abarca mas de la mitad del territorio argentino.
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Llueve donde antes no llovía, se inundan zonas, pueblos y ciudades que no sufrían frecuentemente estos fenómenos, y se cuentan por centenas de miles los afectados y victimas, las perdidas materiales y de vidas humanas se incorporan a las estadísticas como una infección social enmascarada que no tiene límites. La añeja corrupción de la obra pública, más los pingües negocios inmobiliarios de los sectores privados no se detienen ante nada modificando escenarios geográficos en el propio beneficio sin importarles las consecuencias inmediatas de barrios enteros, se acrecienta el nivel de la riqueza en los sectores mas privilegiados y en el otro extremo abundan los padecimientos de todo tipo. La mayor inundación es la de la pobreza planificada. Son los pobres principalmente los que pagan al por mayor estas desigualdades democráticas de un sistema productivo, político, social y cultural, que sólo los cuenta para emitir su voto. La pobreza de esta democracia inundada de impunidad jurídica, hay que buscarla en la explotación económica y no cargarla sólo a las lluvias intensas y al crecimiento de los ríos, ambas son profundamente inocentes.
Hoy, muchos hablan del cambio climático pero casi nadie dice que ha sido construido en el último siglo y a la par de la expansión de las multinacionales. No es caído del cielo, es todo lo contrario, la propiedad de la tierra, sus formas productivas y la apropiación cada vez más restringida, de sus ganancias. Basta comparar una imagen de la Santa Fe de hace 20 años con la actual; los brotes de edificios de altura, el casino, el puerto y las inundaciones, son la imagen pura del monocultivo y del olvido en la propia ciudad capital de la provincia de Santa Fe, de un millón de pobres. Algo inaudito para la riqueza de sus fuerzas materiales.
A esta provincia le faltan cuatro leyes fundamentales: ley de aguas, ley de suelo, ley de agrotóxicos y ley de prevención y reducción de riesgos de desastres. Los cuatro locos inundados han dicho: Que no se hagan los tontos los diputados y senadores y nos vengan con la frase que “nadie les avisó”. Estas leyes son tan importantes en la vida y en el futuro de todo el pueblo santafesino.
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Que también se entere el intendente Corral y en vez de plantar monolitos en toda la ciudad y entregar los espacios públicos a la apetencia privada, se dedique a construir barrios con condiciones dignas y una ciudad para todos, privilegiando los sectores más humildes.
Que el gobernador Lifschitz recuerde que la autopista construida por el estado santafesino, funcionó por más de 20 años, de manera eficiente sin pérdida para el estado y no, desde que pasó al sistema de peaje privado como el actual negociado de condonarle la deuda a ARSSA por 1.500 millones de pesos, repavimentarla con costos para la provincia y volverla a concesionar en manos privadas. ¡Esto sí que es una locura! Si esos fondos se usaran para indemnizar a los santafesinos inundados en el 2003 y en el 2007, el Estado provincial estaría asumiendo la calamidad que hizo en aquellas dos oportunidades.
A esta provincia, además de las cuatro leyes antes mencionadas, le faltan políticos, gobernantes, jueces, legisladores y funcionarios públicos que estén comprometidos y al servicio del pueblo, para atender y resolver los problemas y necesidades de las mayorías que son siempre las más castigadas, inundadas de agua, pobreza, desocupación, droga y cuanta miseria ande dando vuelta.
La Justicia tiene la oportunidad histórica ante esta causa. Si la cierra, sella la impunidad que seguiremos sufriendo los santafesinos y no solamente los inundados. De lo contrario, daremos un paso en dirección a restañar las profundas heridas que aún nos quedan y reafirmaremos la convicción de la justeza de nuestra lucha.
- Justicia por nuestros muertos.
- No a la prescripción de la causa inundación.
- Destitucion de la Corte Suprema de Justicia de la provincia.
- Cárcel a los inundadores y expropiación de sus bienes.
- Indemnización para todos los inundados.
Asamblea de Inundados y Multisectorial de Derechos Humanos de Santa Fe