Más de 400 mil euros para financiar producción local.
Una prenda, un bolso, una agenda, una lámpara o algún objeto de decoración. La propuesta es tan amplia como prolífica y así se observa en cada edición de Diseña Santa Fe, la feria que se ha instalado con un crecimiento sostenido durante la última década. Pero los hacedores no sólo son recibidos como creadores, sino también como emprendedores. Bajo ese espíritu se invertirán siete millones de pesos en lo que se puede definir como una auténtica industria cultural. Esto se debe a que la Municipalidad de Santa Fe –asociada a la Unión Industrial y a Barcelona Centro de Diseño– presentó un proyecto ante el Programa AL-Invest 5.0, “un fondo concursable de la Comisión Europea para el Desarrollo y la Cohesión Social en Latinoamérica”, y fue seleccionado entre otros 180 proyectos.
“Este fue el único de base cultural”, recalcó Patricia Pieragostini, secretaria de Cultura del Municipio. Y fundamentó en diálogo con Pausa: “Tiene que ver con la escala. Estamos hablando de toda la población que se presenta a las convocatorias. Diseña Santa Fe tiene un promedio de 250 marcas, detrás de cada marca hay un emprendimiento, detrás de cada emprendimiento hay dos o tres emprendedores. Son 10 años que venimos trabajando con esta política cultural de Santa Fe como polo de diseño”.
La historia cercana dice que la actividad se gestó en 2007 y tuvo su primera edición un año después, en el Predio Ferial, con la participación de 40 marcas. Hoy día, la Estación Belgrano es el ámbito donde conviven las creaciones de cientos de santafesinos cada diciembre. “Hemos trabajado, por un lado, la feria y por otro, capacitaciones y otras instancias como por ejemplo la feria de julio”, indicó la funcionaria. A ello se suma el Mercado Progreso, concebido como un “espacio para las industrias creativas”, donde todos los domingos se rotan las marcas y se realiza la feria.
—¿Cuál es el criterio de admisión para participar de la feria?
—Siempre trabajamos con jurado. Este año, lo invitamos a Germán Lang, un referente del diseño a nivel nacional que trabaja en la innovación con identidad local. Hay jurados por rubros, indumentaria, accesorios, textil. En el transcurso de estos 10 años, el diseño industrial y de objetos creció y hoy están parejos. Tenemos la gráfica aplicada: hay una parte del objeto que no está desarrollada por el emprendedor, sino que es un objeto que se compra y se interviene. Avanzamos para que el estampe sea algo original, o bien que sea de un artista y, generalmente, son artistas locales. Siempre tiene que haber una originalidad respecto a lo que se estampa. Se valora el proceso creativo, la transformación de la materia, la funcionalidad, cómo se trabaja el concepto de serie, cómo se arman las colecciones, la manufactura, las terminaciones. La idea es que todos puedan desarrollar el producto, la comercialización, pensar en nuevos mercados y armar un plan de negocios.
—¿De qué manera se logra el desarrollo del emprendedor?
—Articulamos nuestro trabajo con Expresiva, la incubadora de emprendimientos de base cultural que nació en 2010 en la UNL y el gobierno local. Expresiva supone una preincubación de un año, llegan a elaborar acompañados por mentorías y seguimientos muy personalizados. Esto permite que se arme un plan de negocios. Aprobado el plan de negocios, el segundo año es de incubación. Así, trabajamos fuertemente el desarrollo económico del proyecto –subrayó Pieragostini.
Pero además, para los creadores que “no ingresan a la Diseña, está el espacio de Emprendedores que depende de la Dirección de Trabajo del Municipio, que no está ligado al diseño sino que es el emprendedorismo vinculado a la producción pero no tiene el valor agregado del diseño”.
Tres ejes para una política
El plan de trabajo que se hizo acreedor de 424.685 euros, gracias al ALInvest 5.0, implica el abordaje de tres ejes: formación, asociativismo y comercialización. El primero conlleva la realización de “charlas generales y conferencias para toda la población que quiere participar de Diseña Santa Fe. Vamos a tener charlas –añadió la secretaria– y talleres para el seguimiento de los productos. Los docentes, que son profesionales muy reconocidos a nivel nacional e internacional, van a tener un contacto directo con las producciones. Así acompañamos cada uno de los rubros con el producto en mano”.
Al mismo tiempo, se pondrá en práctica “un laboratorio de diseño que se conformó con unos 50, 60 emprendimientos que fueron evaluados como los mejores desarrollados. Será una experiencia inédita como práctica de enseñanza porque es un laboratorio interdisciplinario. Se va a trabajar la comunicación visual, los del diseño para el vestir, los del diseño para el hábitat, los mentores de Expresiva que vienen del área económica y vamos a trabajar para producir una colección colectiva”. Lo que se pretende, en definitiva, es llevar esa colección colectiva a la feria nacional Puro Diseño. Pero no es lo único. “Dentro del eje de formación trabajamos innovación, diseño, producción y gestión. La gente de Barcelona tiene especialistas en esos cuatro rubros y vendrán para trabajar charlas y talleres”.
—¿Cómo se aplica el asociativismo y se proyecta la comercialización?
—Son las distintas instituciones vinculadas al diseño. Los diseñadores representados por cada uno de sus rubros. Queremos ir hacia la formación de una Cámara de Diseñadores que se aloje en la Unión Industrial. A su vez, vamos hacia la conformación de un clúster de diseño, una mesa de gestión conjunta a la cual invitar a todas las instituciones y sectores que trabajan en torno al diseño: la Unión Industrial, el Centro Comercial, las universidades que tienen en su seno al diseño como carreras, los distintos espacios vinculados dentro de ciudad y provincia vinculados a las industrias culturales y creativas, Expresiva como incubadora. Es una mesa de gestión que nos permita pensar en cuáles son las mejores instancias de circulación de los productos locales. Tener a la Unión Industrial como socio estratégico nos permite pensar al diseño como servicio y que la industria entienda que el diseño incorpora un valor agregado importantísimo. Para la comercialización, expertos van a seguir los proyectos, los planes de negocios para avanzar hacia mercados de diseño, a la participación en ferias, a procurar créditos, subsidios y a la inserción en los nuevos mercados.
—¿Cómo se instala hoy día Diseña Santa Fe en la región y el país?
—La idea es pensarnos en un polo referente a nivel latinoamericano. Participo mucho de los foros de diseño y estoy en contacto con distintas ciudades que tienen ferias de diseño y la de Santa Fe es una de las más grandes del país. Diseña Santa Fe es una de las ferias de mayor escala pero también como política cultural sostenida en el tiempo, con el espíritu de que sea un espacio de formación y no solamente de comercialización. Nuestra expectativa es, al tener como socio al Centro de Diseño de Barcelona, poder pensar en mercados internacionales para algunos de los productos porque también tenemos que poder dar respuestas a esta diversidad que tenemos. Estarán aquellos que mejorarán su producto, pero seguirán trabajando con una escala más acotada. Otros querrán ampliarse hacia servicios, otros van a revisar sus producciones para que se puedan exportar. A nivel latinoamericano, podríamos pensarnos como una ciudad de referencia en lo que es polo de diseño con sustentabilidad.
Una cuestión clave es que los fondos obtenidos no estarán destinados al otorgamiento de créditos, sino para la puesta en marcha de “una política cultural de desarrollo que se pensó en esos tres ejes. Es para el fortalecimiento a través de capacitación, de presencia en ferias, para pensar Diseña Santa Fe como un festival y para generar plataformas de comercialización”. A propósito, Pieragostini destacó que la feria “articula un vínculo muy fuerte entre diseño, arte y artesanía, como clave de la innovación. Es una política que piensa el intercambio de saberes” y la posibilidad de “generar un producto de alto valor agregado en diseño, y con una muy buena manufactura”.
Arte y vida cotidiana
Múltiples actividades culturales han modificado la vieja y desabrida fisonomía de la capital santafesina. Para la secretaria de Cultura municipal, “se entiende la cultura como uno de los pilares básicos en la construcción de ciudadanía. Trabajamos en la dimensión de reconocernos desde la diversidad cultural. Pensar la cultura como un eje de la sustentabilidad económica, pero también cómo pueden hacerse sustentables los proyectos en el tiempo”.
Desde su perspectiva, la cultura, además, alienta “la transformación hacia la equidad”. Ello se manifiesta en los programas SOS Música y en Arte y Comunidad. El primero, que forma orquestas de niños y adolescentes en los barrios más vulnerables, provoca “despertares de vocación y la posibilidad de encontrarse a través del arte que hace a la disposición del cuerpo, del alma, del hacer, del pensar, del sentir. SOS Música también posibilitó la integración entre los distintos barrios a partir de ensayar juntos, de que el espacio de encuentro sea un espacio para entendernos en nuestras realidades, Estamos trabajando el eje de convivencia”.
Arte y Comunidad tiene un esquema similar “pero trabaja la percusión, la danza, el hip hop, el folclore, la danza contemporánea, la plástica. Tenemos un equipo de docentes con mucha experiencia en territorio. Se trabaja en los solares y en los jardines municipales, en vecinales, en parroquias, en el espacio del barrio que sea de referencia. Hay actividades para niños, jóvenes, adultos y mayores”.
A todo ello se suma el programa de Intervenciones Artísticas Urbanas, “que son murales que se construyen colectivamente y que trabaja el arte público, el arte social, con el vecino, con los niños, con los jóvenes, trabajando mucho con las Escuelas de Trabajo”.