La industria del calzado está atenazada. Cae la producción y las empresas en crisis piden Repro.
Por la apertura de importaciones y la caída del mercado interno, la producción de calzado –uno de los rubros fuertes de la industria nacional y regional– bajó de 132 millones de pares en 2015 a 90 millones de pares en 2016. Se produce menos porque se vende menos al público, pero al mismo tiempo se importa mucho más que hace dos años. Un cóctel explosivo para la industria del calzado que afecta en forma directa a la provincia de Santa Fe.
Comparados los datos del primer cuatrimestre, las importaciones de zapatos crecieron un 72% en apenas dos años. Fueron 5.694.919 pares en los primeros cuatro meses de 2015, contra 7.861.891 pares en el mismo período de 2016 y 9.844.029 pares en 2017.
“Las importaciones y la baja de consumo complican al sector industrial del calzado en la provincia de Santa Fe”, evaluó el ministro de la Producción santafesino Luis Contigiani.
La semana próxima, el Observatorio de Importaciones –conformado por la Federación Industrial de Santa Fe (Fisfe) y el Ministerio de la Producción– presentará el primer informe de 2017, donde se incluirán datos de todos los rubros de la economía nacional. Las cifras en materia de calzado y marroquinería no son alentadoras.
Una pendiente
El contexto no ha variado en los últimos meses, se ha profundizado. La Confederación Argentina de la Mediana Empresa (Came) informó que las ventas en los comercios minoristas en abril cayeron un 3,8% respecto a igual mes de 2016. El segundo rubro más afectado es Calzado y Marroquinería (-6,1%), solo superado por Joyerías y Relojería (-6,2%).
La Cámara de la Industria del Calzado informó que las ventas durante 2016 bajaron entre un 20% y 30% respecto de 2015, según la localidad. Allí sostienen que la comercialización está retrasada porque no se advierten bajas de precios, a pesar del ingreso casi irrestricto de productos importados más baratos.
Según consigna el diario El Ciudadano en su edición del 9 de mayo, la producción de calzados se resintió fuerte y bajó de 132 millones de pares a 90 millones en un año. Al igual que otros rubros las causas son la baja en la demanda por la pérdida de capacidad adquisitiva y la imposibilidad de competir con los productos importados luego de la apertura de importaciones del gobierno de Cambiemos.
A 40 kilómetros de Rosario, Acebal –conocida como la capital del calzado al tener 30 de las 140 fábricas en Santa Fe–, se mantiene en vilo. Los zapatos de Brasil, Bolivia y Paraguay entraron indiscriminadamente y le ganaron el mercado de las provincias del norte argentino. En Santa Fe son más de 20 las fábricas que iniciaron los trámites para conseguir el Repro (Programa de Reactivación Productiva) del Ministerio de Trabajo de Nación, un subsidio para salarios de 12 meses a empresas que se presentan ante el Estado y muestran una situación de crisis.
“El 60% del pueblo (de 6 mil habitantes) viven de la industria del calzado”, explicó el presidente comunal de Acebal, Daniel Siliano. “El resto son productores agropecuarios y hay tres fábricas de cartón importantes”, describió Siliano.
Otra localidad afectada por las políticas de Cambiemos fue Alcorta, a pocos kilómetros de Rosario. Meses atrás la fábrica de calzado Wyler’s ofreció retiros voluntarios al 40% de los 150 trabajadores de la planta porque notaron una merma en las ventas, tal como ocurrió en las industrias de Acebal.
Había una vez una industria
En la provincia de Santa Fe, las fábricas de calzado emplean entre 30 y 300 personas cada una, según su escala comercial.
En Arroyo Seco, Grimoldi tiene casi 270 trabajadores y, en el otro extremo, en Acebal hay unidades productivas que funcionan con no más de 20 operarios.
El rubro es importante para la economía provincial porque, además de los empleados directos, la industria del calzado tracciona a otros sectores como el transporte, los distribuidores, comisionistas y negocios que venden –o vendían– productos fabricados en Santa Fe.