Declaración sin consecuencia

La UNL repudió el fallo del 2x1 para represores de la Corte Suprema, pero no avanzó sobre Horacio Rosatti, que es docente en una maestría.

El fallo de la Corte Suprema de Justicia de la Nación que le otorgó el beneficio del 2x1 a un represor de la dictadura dejó a la vista las contradicciones internas de la Universidad Nacional del Litoral, donde el santafesino Horacio Rosatti –uno de los jueces que firmó el fallo– se desempeña como docente de la Maestría en Derechos Humanos que dicta en la Facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales.

El fallo difundido el 3 de mayo fue repudiado con masivas marchas en todo el país una semana más tarde, el 10 de mayo. Al principio, las autoridades de la UNL se mantuvieron en silencio. Hasta que el 16 de mayo el decano de la Facultad de Ciencias Jurídicas, Javier Aga, salió a bancar a Rosatti: “Los fallos hay que respetarlos”.

Como máxima autoridad en la carrera de Derecho de la UNL, Aga dijo ser “muy respetuoso de la división de poderes, de lo que decida el Poder Judicial, el Poder Legislativo y por supuesto, el Poder Ejecutivo”. Y añadió: “Puedo tener diferencias con cada una de las decisiones que se han tomado, como ciudadano, las he tenido y muchas con el gobierno nacional anterior. Sí creo que para vivir en una democracia plena es necesario respetar las disidencias y aún cuando no esté de acuerdo con un fallo de la Corte o con cualquier fallo del Poder Judicial, tengo que respetarlo, por más que por mis propias convicciones pueda estar en desacuerdo”.

Entre los sobrevivientes de la dictadura, los argumentos del decano sonaron como una provocación. Desde el Foro contra la Impunidad y por la Justicia le pidieron al rector de la UNL, Miguel Irigoyen, que separe de su puesto a Rosatti por “la profunda contradicción” entre el fallo (que firmó junto a Elena Highton y Carlos Rosenkrantz) y su cargo al frente del posgrado en Teoría Constitucional y Derechos Humanos.

El pedido del Foro, que integran Madres de Plaza de Mayo, Hijos, Familiares de Desaparecidos y otras organizaciones de derechos humanos, fue tratado en la última reunión del Consejo Superior de la UNL, el jueves 18 de mayo. Ese día, en paralelo a la reunión del Consejo, hubo una marcha frente a la casa de estudios para repudiar a Rosatti y a los otros miembros de la Corte que firmaron el 2x1 para represores.

Finalmente, en contra de lo que había expresado en primer término el decano Aga, la UNL se expresó en forma orgánica en contra el 2x1. “Para condenas de lesa humanidad no corresponde ningún beneficio”, sostuvo el rector Irigoyen, luego de que el Consejo Superior aprobara por unanimidad un documento elaborado por los decanos de todas las facultades en el que “se pone de manifiesto el compromiso de la universidad con la defensa de los derechos humanos”.

El documento sostiene “que para los delitos de lesa humanidad no hay posibilidad de amnistía, ni de indulto, ni se aplica a ellos beneficios procesales como el de la prescripción o el cómputo privilegiado de la pena, ya que la interpretación de la ley no puede llevar a una frustración de su finalidad”.

Ante la movilización de los organismos de derechos humanos en reclamo de una sanción de la universidad contra Rosatti, el rector Irigoyen dejó en claro que “una universidad democrática no echa a sus docentes por disentir en sus opiniones, eso se hizo durante gobiernos de facto”. Y descartó no solo la separación del ministro de la Corte sino también cualquier otro tipo de sanción: “El Consejo Superior entendió esto”, concluyó el rector de la UNL.

Las piruetas discursivas fueron idénticas a las del gobierno nacional, que pasó de la valoración aséptica del fallo a una crítica política en una semana. El mismo día del fallo, el secretario de Derechos Humanos de la Nación respaldó al tribunal: “Estoy de acuerdo con el 2x1 de la Corte si el fallo está ajustado a la ley”. Una semana más tarde, cuando el repudio se había extendido por todo el país y el Congreso ya había corregido la legislación que habilitó la polémica decisión, el presidente Mauricio Macri sostuvo: “Siempre estuve en contra del 2x1, más aún por crímenes de lesa humanidad”.