Reconocido con un Honoris Causa de la UNL, Néstor García Canclini reflexionó sobre la lectura, la formación superior y el empleo de los jóvenes en el nuevo contexto globalizado.
Al momento de hablar de precarización y creatividad, Néstor García Canclini citó el estudio “Juventud y cohesión social en Iberoamérica” realizado por la Cepal de 2008, el cual especifica que la población juvenil duplica índice de desempleo de las generaciones precedentes.
Las nuevas condiciones de vida de los jóvenes están atravesadas por una precarización mayor, con muchas dificultades para conseguir empleos. Pero también tienen una creatividad explosiva y una actitud para vincularse con las tecnologías digitales e incorporarlas muy rápidamente a su vida cotidiana. Además aprenden muy velozmente a hacer nuevos trabajos.
Para el especialista: “La mayoría tienen uno o dos trabajos, tienen que inventar sus actividades, reinventar sus saberes para hacer actividades diversas. Por eso aprenden a tener varios perfiles profesionales, a trabajar con especialistas de campos diferentes. Siempre están en empleos transitorios sin seguro médico o laboral. La precarización laboral está extendida en las empresas y en los contratos del gobierno. ¿Cómo esperar que les den un crédito para comprar un auto o conseguir licencia si quedan embarazadas?”.
Y luego agrega: “Los estudios muestran las tácticas que utilizan para adaptarse a empleos inestables: combinan recursos públicos y privados, se agrupan con otros para trabajar, son muy versátiles para desempeñarse en oficios diversos, usan intensamente las tecnologías digitales, están atentos a convocatorias para proyectos”.
Como respuesta a estas contradicciones, los gobiernos estimulan emprendimientos autogestionados desarrollados por los llamados emprendedores.
Así, la vida de los jóvenes se estructura por proyectos y no por carreras profesionales. Se pasa de una sociedad donde se podía hacer carrera a otra donde escasean las plazas laborales y cuando se consiguen son casi siempre temporales e inseguras. “Los jóvenes declaran estar acostumbrados a organizarse en proyectos de corta y media duración. Eso es un aspecto indispensable en los mercados laborales creativos y efímeros donde se desempeñan. Los emprendedores están condenados a vivir unas vidas creativas, intermitentes y precarias”. Lo dijo, a su modo, el ministro de Educación Esteban Bullrich: “Debemos crear argentinos capaces de vivir en la incertidumbre y disfrutarla”.
“Los estudios realizados en México, España o Francia demuestran que existe una discrepancia en la valoración de la creatividad. Donde los economistas ven mayor libertad de los emprendedores, los jóvenes hallan precariedad y explotación ya que no saben cuánto va a durar la actividad que realizan ni cuál va a ser su próxima ocupación. Donde los gobernantes encuentran emoción e intensidad en el uso del tiempo, la vida diaria de los trabajadores independientes revela pérdida de derechos laborales y nuevas discriminaciones de género y étnicas”.