El ministro de Hacienda de la Nación Nicolás Dujovne dejó en claro que la política económica del gobierno apunta a la pérdida de poder adquisitivo de los trabajadores estatales. “Las paritarias en el Estado no podrán superar más a la inflación”, dijo el funcionario nacional en la cumbre del FMI, en Washington.
“Queremos defender la posibilidad de la Argentina de conseguir financiamiento a tasas bajas, lo cual permite muchas cosas. Por eso en los subsidios, en lo que gastamos con las empresas públicas y en cómo llevamos las paritarias estatales tenemos que tener en cuenta la regla: no le podemos ganar a la inflación. Y como apuntamos a mantener el gasto constante en medio de un programa de infraestructura muy ambicioso, donde las partidas de obras van a crecer muy por encima de la inflación, necesitamos que otros gastos vayan para abajo. Por ejemplo, los subsidios”.
Dujovne tiene como meta número uno reducir el déficit fiscal. Uno de los resortes es la política salarial: lo que “gasta” el Estado en sueldos. La obsesión del gobierno es bajar la inflación y aplica una receta ortodoxa: contener los salarios. Ya ocurrió el año pasado, con aumentos promedio del 30% y una inflación acumulada del 40%.
El plan de Dujovne supone una inflación del 17% en 2017, que bajará a una franja de entre 8 y 12% el año que viene y cerrará en 2019 con un 5%. Los números del primer trimestre no son alentadores: el Indec midió un 6,2% y el Ipec un 7,6%. Dujovne es optimista: “Creo que Argentina va a crecer un 3% o más –señaló en declaraciones al diario BAE–. El FMI proyecta una inflación parecida a la que proyectan los estudios relevados por el Banco Central (por encima del 25%), pero yo creo que se les está escapando algo: el año pasado, en el primer semestre, la inflación anualizada fue del 67% y en el segundo fue del 18%. Y cruzar esta inflación de los primeros tres meses del año para sacar conclusiones sobre todo el año es inconducente porque vamos a ver tasas de inflación mucho más bajas en el segundo semestre”.