De las historias económicas y personales de miles de santafesinos que dependen del gasto del bolsillo asalariado, una selección de nueve, de distintos puntos de la ciudad.
Aristóbulo del Valle, Facundo Zuviría y la Peatonal San Martín son tres de las principales arterias comerciales de la ciudad. Son un termómetro de la situación económica, del consumo y de las vidas de los que se dedican a ganar el mango detrás del mostrador.
Nueve comerciantes detallaron a Pausa cómo van sus ventas en estos primeros cuatro meses de 2017, comparandos con el mismo período de 2016. Los rubros a los que se dedican son venta de motos, casa de fotografía, autopartes, joyería, bicicletería, mueblería, bazar, diseño gráfico y ropa de segunda marca.
De los nueve negocios, se puede observar que sólo el rubro motos, bicicletería y ropa de segunda calidad tuvo una suba en las ventas con respecto al mismo período, correspondiente al 2016. El resto de los comercios tiene una caída en las ventas que va del 15% al 50%. El único que mantuvo las ventas en los mismos niveles fue el rubro bazar, pero teniendo cuenta la inflación de este año, la suba en los gastos fijos y estructurales, como alquileres y luz, vio una pérdida de la ganancia que fue estimada entre el 30% y 40%.
Si tomamos en cuenta los gastos fijos y estructurales y la inflación para los locales en los que decayeron las ventas, la perdida en ganancias es mayor a la de 2016.
Los comerciantes que han sufrido bajas en las ventas, coinciden en algunos puntos:
- Las compras de clientes han caído porque no tienen excedente de dinero y tienen que centrarse en los gastos básicos: comida, alquileres de vivienda y servicios.
- Los que alquilan su local observan que los gastos fijos (alquiler, impuestos, servicios) influyen notablemente en las ganancias debido a las subas constantes y bruscas.
- Los que trabajan con productos importados sostienen que la quita de aranceles a las importaciones los favorecen, pero que hasta ahora no ha mejorado su competitividad en el mercado, puesto que no se han reducido los precios de la mercadería. Sí afirman que hay más variedad de productos para importar y mejores controles de calidad de los mismos.
- El comerciante que trabaja con sólo productos nacionales sostiene que la quita de aranceles a las importaciones le afecta de manera negativa, ya que su producto no puede competir contra las grandes empresas que importan el mismo del exterior. Un producto similar lo venden hasta un 50% más barato.
Brotes verdes en dos ruedas
El rubro motos es uno de los que más ha subido este semestre. Según Gabriel, dueño de Motorman (25 de Mayo esquina Cándido Pujato), el año pasado vendía aproximadamente tres motos por semana; mientras que este primer cuatrimestre de 2017 tiene un promedio de ventas de cinco por semana. El vendedor cree que las ventas están subiendo debido al costo alto del transporte público, el valor de compra de un auto, su mantenimiento y el precio de la nafta y la cantidad de combustible que consume. Es decir, que es más económico manejar una moto de bajas cilindradas que un coche y, también en algunos casos, que tomar el colectivo.
¿La Nikon o pagar la luz?
En el rubro fotografía, Enrique, dueño de Fotocentro Digital, una casa de fotografía ubicada en Aristóbulo del Valle al 6601, afirmó que en estos cuatro meses, comparado con 2016, las ventas le disminuyeron un 50%. “Al caerse el consumo interno, la gente prioriza comprarse lo necesario, y no una cámara por ejemplo”, aseguró.
Ni para esas chucherías
En el rubro bazar, Rosario y Miguel, dueños de los conocidos locales de 1, 2, 3 y más, aseguraron que entre principios de 2016 a hoy, las ventas se mantienen pero que la mercadería aumentó y los servicios y alquileres también. Debido a esto, han perdido en ganancias en un 40%, respecto a 2016. “Disminuyó el consumo en nuestro rubro por la situación económica. Lo que vendemos nosotros es para cuando tenés un excedente, para darte un gusto. No es de primera necesidad”.
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Importaciones y autopartes
En el rubro autopartes, Daniel, dueño de Autorepuestos (Facundo Zuviría esquina Iturraspe) aseguró que las ventas le han bajado un 40%, con respecto a 2016. Explicó también qué efectos producen las importaciones: “La quita de aranceles favorece al rubro. Aunque trabajamos productos nacionales, también. Lo que pasa es que cuando comprás importado es mucho más barato, pero esto no quiere decir que le convenga al país, aunque al comerciante, en el momento, sí”.
Joyas relucen en la soledad
“Hay días que no entra nadie” confesó Matías, dueño de la joyería ubicada en Aristóbulo del Valle 6391. Dijo que las ventas le han bajado un 35%, en comparación con 2016. “Al aumentar los gastos estructurales, insumos, contaduría, luz y alquiler, quizás perdí un 50% de ganancias, comparado con el año pasado”, estimó.
Sube el precio, baja el diseño
Preocupada por la inflación, Eugenia, en su local de Aristóbulo del Valle esquina Ricardo Aldao dedicado al rubro tarjetería y diseño gráfico, aseguró que, comparado con el primer cuatrimestre de 2016, las ventas en su local han caído un 20%.
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Carpinteros de Facundo Zuviría
En el rubro amoblamientos, Miguel, dueño de Amoblamientos Nor-Sfe (Facundo Zuviría 4840), dijo que en su negocio las ventas cayeron un 45%, comparado con el primer cuatrimestre de 2016. “En mi comercio el poder adquisitivo depende definitivamente: si te alcanza justo para comer, no te comprás un sillón o un escritorio. Trabajamos con productos nacionales, la quita de aranceles a las importaciones nos perjudica. Las grandes cadenas de electrodomésticos importan muebles que valen la mitad. Entonces nosotros, los productores artesanales no podemos competir”.
Bicis, malaria y naturaleza
En el rubro bicicletería, Miguel, dueño de la mítica bicicletería Brambilla (Aristóbulo del Valle, esquina Juan del Campillo), confirmó que en su negocio no ha habido bajas con respecto al mismo período de 2016. “La gente esta usando mucho la bici por cuestiones ecológicas”, celebró. “Y probablemente por una cuestión de crisis, porque obviamente es más económico moverte en bici que en moto o auto”, cerró.
El pasaje a la segunda marca
En el rubro vestimenta, la entrevista fue con Agustina, dueña de Calma Capricho, un local de venta de ropa de segundas marcas ubicado en el norte de la ciudad. La entrevistada afirmó que, en comparación con los inicios de 2016, las ventas han aumentado un 20%. Además, dijo que: “La quita de aranceles a las importaciones no les influye porque trabajan con productos nacionales”, que traen desde Buenos Aires.