Lo advirtió Silvia Ribeiro, directora en América Latina del Grupo de Acción sobre Erosión, Tecnología y Concentración, durante el Encuentro Intercontinental Madre Tierra Una Sola Salud, que se realiza en Rosario.
Si se mantiene la tendencia de fusiones e integraciones de empresas de agronegocios en el mundo, lo que sigue en los próximos años es la compra por parte de los gigantes de la maquinaria agrícola de las empresas de semillas y agroquímicos. Así lo explicó este miércoles 14 Silvia Ribeiro, directora en América Latina del Grupo de Acción sobre Erosión, Tecnología y Concentración (ETC), durante el Encuentro Intercontinental Madre Tierra Una Sola Salud y IV Congreso de Salud Socioambiental, que se realiza en Rosario hasta el viernes 16.
Para entender el proceso, Ribeiro recuerda que el sector de las semillas y agrotóxicos es sólo la cuarta parte del negocio agrícola. El mayor volumen corresponde a la maquinaria y los fertilizantes. “El mercado mundial de los insumos agrícolas, desde las semillas hasta el momento previo al procesamiento del alimento, es de 400 mil millones de dólares por año. De ese total, 300 mil millones corresponden al sector de maquinaria y fertilizantes, mientras que el negocio de las semillas y los agrotóxicos es de 97 mil millones: menos de la cuarta parte. Entonces, es un tema de volumen”, explicó Ribeiro en diálogo con Pausa.
“Si para controlar el mercado los más grandes se van a comer a los anteriores, como ha sucedido con agrotóxicos y semillas, ahora vemos que la próxima etapa es que la maquinaria adquiera a los otros”, dijo Ribeiro. Y se preguntó a sí misma: “¿Por qué no el sector de fertilizantes? Porque todavía es un rubro que no está muy concentrado. En cambio, en maquinaria, tres empresas –John Deere, AGCO y CNH– concentran el 50% del mercado”.
El Grupo ETC trabaja desde hace más de 30 años en el seguimiento de las configuraciones corporativas del sector agroalimentario. “Vimos que en los últimos 20 años hubo un primer gran movimiento por el cual las compañías que fabricaban agrotóxicos (que son fabricantes de químicos en general), Monsanto, Syngenta, Dupont, Bayer, entre otras, fueron comprando las compañías semilleras locales. Eso sucedió en todo el mundo. Hubo más de 200 fusiones”, explicó Ribeiro.
Ahora, las seis empresas que controlan el mercado de las semillas y venenos se están por fusionar en tres: Monsanto-Bayer, Dupont-Dow y Syngenta-Chem China. Si esto se concreta, tres empresas van a manejar el 71% del mercado mundial de agrotóxicos y el 61% de las semillas.
Acto seguido, vendría la compra de esas empresas por los gigantes de la maquinaria agrícola. De hecho, el año pasado, tanto en Estados Unidos como en Brasil se objetó el intento de compra por parte de John Deere de Precision Planting, una empresa de agricultura de precisión que pertenece a Monsanto. El Grupo ETC viene observando desde 2001 cómo se celebran contratos entre las compañías de maquinarias y de biotecnología y agroquímicos.
Ribeiro advierte que la compra de Monsanto por parte de John Deere no sólo se daría por el tamaño mayor de las compañías de maquinarias, sino por el proceso de tecnificación, digitalización y robotización de la agricultura que se viene dando en los últimos 10 años.
“Las seis grandes que concentran la biotecnología, semillas y patentes, además han recabado datos genéticos: secuencias genómicas de cultivos, de animales, de la vegetación y microorganismos. También datos climáticos. Las empresas de maquinaria, que ya vimos que son más grande que las anteriores, han invertido en compañías cibernéticas y casi todas tienen contratos con Microsoft y otras para el manejo de big data –datos masivos relacionados con el suelo y microorganismos– pero también para desarrollar robótica, drones de fumigación y vehículos, como tractores no tripulados”, repasa Ribeiro.
Consecuencias
Para la especialista, las consecuencias de esta mayor concentración serían al menos tres. La primera, una ventanilla única en la que los productores agrícolas deberán comprar los paquetes completos, desde los créditos para producir, pasando por las semillas, insumos y maquinaria hasta los seguros por eventos climáticos. En segundo lugar, una disminución aún más acentuada de la variedad de cultivos y el aumento del uso de venenos, con las consecuencias devastadoras que genera para la salud y el ambiente. Y tercero, mayor poder de presión de las multinacionales sobre las políticas agrícolas de los países y lobby para el desarrollo de infraestructura por parte del Estado para el agronegocio.
Encuentro
El Encuentro Intercontinental Madre Tierra una Sola Salud comenzó el lunes 12 de junio y sigue hasta el viernes 16 en Rosario. Allí confluyen médicos, nutricionistas, ingenieros agrónomos, biólogos, representantes de pueblos indígenas, antropólogos, organizaciones sociales, movimientos campesinos y activistas de distintos países del mundo para hablar sobre salud, ambiente y políticas vinculadas a estos temas.
Se debate sobre alimentación, resistencia de las bacterias a los antibióticos, el impacto del extractivismo en la salud y el ambiente, historias de luchas y resistencias en América Latina y Asia. La actividad, que incluye el IV Congreso de Salud Socioambiental, está organizada por el Instituto de Salud Socioambiental de la Universidad Nacional de Rosario (UNR), ReAct Latinoamérica, el Cepronat y numerosas organizaciones sociales y cátedras de ambiente y salud de Argentina y otros países latinoamericanos.