Reglamentar la prostitución es ir contra la Constitución, sostienen desde el abolicionismo.
Mujeres en Actividad es una organización que trabaja en el acompañamiento de mujeres en situación de prostitución en la ciudad. “Decimos situación de prostitución porque es una situación en la que nos encontramos y no un trabajo. Una situación de la que se puede salir, pero para lo cual necesitamos un compromiso social más grande y políticas públicas”, dice Elena Moncada, su fundadora y referente, en una charla a sala llena en el centro cultural Demos.
Moncada se define a sí misma como una sobreviviente del dolor. “Estuve en situación de prostitución 18 años, fui usuaria de drogas en gran parte de ese tiempo; no me creo una víctima sino una sobreviviente de tanto dolor. En 2009 pude salir de ese mundo y formé la organización. Desde ahí hacemos recorridas nocturnas, les damos preservativos a las chicas, las escuchamos”, comenta Elena, que además escribió un libro sobre su historia, el cual también cuenta con una adaptación teatral, el unipersonal Elena, interpretado por la actriz Mariel Rosciano.
Desde su experiencia y sus vivencias, Moncada construye y pone en cuestión el debate sobre la reglamentación del trabajo sexual, defendido por la Asociación de Mujeres Meretrices de la Argentina (Ammar), de la que alguna vez formó parte. “El 97% de las mujeres y trans en situación de prostitución hemos sido violadas entre los 5 y los 15 años por familiares directos. Así se llega al mundo de la prostitución, rota, sin alma, porque el adulto que debía cuidarme no lo hizo; eso te va formando, haciéndote sentir que no importa nada, que no tenés derecho a nada, que sos un objeto, y así es como luego sos un objeto para el cliente. Una día me preguntaron si alguna vez había estado secuestrada y dije sí, 18 años estuve secuestrada, porque en ese tiempo todos elegían por mi y hacían lo que querían conmigo”.
Cuando se le consulta sobre las experiencias de las mujeres con las que toman contacto en las recorridas nocturnas que realizan con la asociación, Moncada es tajante: “Mis compañeras que están hoy en la esquina no saben que es el abolicionismo, el reglamentarismo, el feminismo. Lo que nos dicen es que ninguna quiere estar en la esquina. Todas se arrepienten y lloran por perderse los actos escolares de sus hijos, por no poder cuidarse sí mismas. Y si algo le puedo decir a los varones es que no consuman los cuerpos de esas mujeres porque las hacen pedazos, no servimos para nada después, hay que remarla mucho para rearmarnos”.
“Vienen por nuestras niñas”
Durante su alocución, Moncada repitió una y otra vez su preocupación por una realidad que observan tanto en las recorridas en la ciudad como en sus viajes al resto de la provincia: las mujeres se inician cada más jóvenes en la prostitución. “En Santa Fe, según un relevamiento que hicimos encontramos que la mayoría comienza en esto a los 12 años, y las hay más chicas. Esto es algo que yo lo pude ver en recorridas en el norte de la provincia, está absolutamente naturalizado que las niñas de 8 o 9 años se prostituyan, sus propias familias lo hacen, porque esas mismas mujeres de su familia pasaron también por eso. Y acá, en Facundo Zuviría, sabemos que hay trabajando por lo menos cinco menores. Si hablamos de reglamentar la prostitución, ¿qué pasa con esas niñas de 12 años? ¿quién controla eso?”.
El relevamiento al que se refiere Moncada fue realizado por Mujeres en Actividad y presentado en abril de este año. Para el mismo, realizaron una encuesta a 47 mujeres que ejercen la prostitución en la vía pública en la ciudad de Santa Fe. Algunos de los datos que obtuvieron dan cuenta de que el 60% de las encuestadas tiene entre 21 y 30 años, y la población que le sigue en porcentaje (15%) tiene entre 11 y 20. “Teniendo en cuenta que la ley provincial Nº 12.967 de Promoción y Protección Integral de los Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes establece que son niños y adolescentes las personas comprendidas entre los 0 a 18 años, las niñas de entre 11 y 20 años y el grupo mayoritario, representan el 75% de la población relevada”, destaca el informe.
Otro dato aportado por estas encuestas es el que tiene que ver con el nivel de escolaridad: el 73% de las mujeres no completó su trayectoria escolar, teniendo en cuenta los niveles de obligatoriedad primario y secundario.
También se encontró que el 66% vive sola con sus hijos, es decir, es jefa de hogar; que el 41% no tiene otro ingreso de dinero y que un 57% dice tener algún ingreso en relación a políticas sociales de transferencia económica (Asignación Universal por Hijo, pensión por madre soltera, AUH más pensión por discapacidad).
Haciendo una lectura rápida sobre estos datos, se puede inferir que la prostitución, en la ciudad, la ejercen mujeres jóvenes (la edad promedio es 28 años), madres en su gran mayoría, y con un grado de escolaridad mínimo.
“Cuando se habla de las prostitutas todos imaginan una mina que está re buena, que pone un aviso en el diario y atiende en un departamento, pero no es así. Las chicas están en la esquina, tienen mil problemas, no la están pasando bien ahí. Dicen que es el trabajo más viejo de la historia, no, es la esclavitud más vieja de la historia”, dice la hija de Elena, quien forma parte de la organización fundada por su madre. Y continúa: “No venden su fuerza de trabajo, como dicen algunos; vender mi fuerza de trabajo es que yo trabaje 8 horas, tenga una jubilación, obra social, y que me sienta bien con lo que estoy haciendo; eso acá no pasa. Yo trabajo en un bar, y si no entra nadie a mi me pagan igual; a las chicas no, y si viene un tipo y le ofrece monedas o nada, se sube igual por monedas, porque tiene que darle de comer a sus hijos mañana. Se sube y no sabe si le van a pegar, si la van a violar, si la matan. ¿Cómo reglamentamos eso? La realidad en Santa Fe es una, no es Buenos Aires, ni Argentina es Holanda o Alemania. Hablemos de lo que pasa acá, atendamos lo que le pasa a las mujeres, primero resolvamos eso que no queremos ver más, que no queremos que suceda, después pensemos y discutamos si reglamentar o no”.
En otra de las intervenciones realizada en la charla, una integrante de Mujeres en Actividad se refirió a un tema central en el cual el abolicionismo basa, en gran parte, su postura: la inconstitucionalidad de la reglamentación. “La prostitución es una violación a los Derechos Humanos porque los derechos sexuales son parte de la Declaración Universal de Derechos Humanos. Entonces, no se trata de si uno puede estar a favor del abolicionismo o del reglamentarismo, como si fuera elegir entre dos gustos de helado. Entendida como una cuestión de Derechos Humanos la prostitución jamás puede ser un trabajo. Argentina firmó tratados internacionales donde el Estado se planta en el abolicionismo, esto tiene rango constitucional, es decir, si alguien quisiera reglamentar la prostitución en nuestro país estaría yendo en contra de la Constitución”, comentó la activista.
Políticas prostituyentes
Si en algún punto las posturas abolicionistas y reglamentaristas se encuentran, es en el reclamo por políticas públicas que aborden de una manera seria y eficiente la problemática de las mujeres que se encuentran ejerciendo la prostitución. “Se han desmantelado un montón de programas, uno de ellos era el que nos daba los insumos para las recorridas nocturnas –donde realizan tareas de prevención y promoción de la salud, invitan a realizarse testeos por VIH, controles ginecológicos, reparten preservativos–, pero lo hacemos igual, como podemos, ad honorem”, explica Moncada y, ante la consulta sobre las políticas públicas más urgentes, responde rápidamente “urgente es todo, porque no hay ni una política pública”.
En este sentido, la asociación viene trabajando desde hace tres años con la Dirección de Adultos Mayores de la provincia para tratar de abordar una política que contemple a estas mujeres como adultas mayores a los 40 años: la expectativa de vida de este colectivo está, justamente, entre los 35 y los 40, “por la vida que hemos tenido, expuestas al frío, las enfermedades respiratorias, el consumo de drogas y alcohol para soportar llevar esa vida, para soportar tener cuerpos extraños sobre nuestro cuerpo. Las mujeres llegan sólo a esas edades, y eso se profundiza sobre todo porque cada vez empiezan más chicas”, explica Elena.
Tanto a nivel nacional, como provincial y municipal, hay programas y becas que pueden ser solicitadas por mujeres en situación de prostitución, pero en todos los casos la ayuda no supera los dos mil pesos por mes y lo que se ofrece como alternativa son cursos de peluquería y costura. “Nosotras somos Promotoras Territoriales de Derechos Humanos con Perspectiva de Género, damos muchísimos talleres, en escuelas, en la cárcel, podrían desde el Estado, el ministerio de Salud o el de Desarrollo Social, bancar ese trabajo. Nosotras no queremos que nos capaciten más, somos nosotras las que estamos para capacitarlos a ustedes sobre esto, que algunos llaman trabajo. No queremos ser víctimas ni que nos tengan lástima, queremos una oportunidad laboral como corresponde. No queremos seguir mendigando ayuda, es como seguir prostituyéndonos por una oportunidad para salir adelante”.