Cerca de 60 familias fueron desalojadas violentamente de sus casas en Valle Hermoso, en un operativo que incluyó una tropa armada de más de 100 personas. Algunos de los pobladores llevaban más de 10 años viviendo en esas tierras, en viviendas consolidadas, con agua corriente y, en muchos casos, energía eléctrica y medidores.
El justificativo judicial consistía en que se trataba de tierras inundables del Estado. El accionar desató una serie de manifestaciones en la ciudad, incluyendo la quema de gomas frente a la residencia de la gobernadora Lucía Corpacci. No hubo consideración con los adultos mayores, que fueron trasladados compulsivamente.
El procedimiento no contó con apoyo para la contención de los menores y fue particularmente violento. “Varios vecinos optaron por la resistencia y amenazaron con prenderse fuego junto a sus hijos, hacer explotar una garrafa, electrocutarse y hasta con clavarse un cuchillo en el pecho”, informa el periódico El Ancasti.