Después de haber sido empujados a las corridas por sus bases, el triunvirato al frente de la CGT decidió convocar a un paro general. Agrupaciones de izquierda, principalmente el PTS, bloquearon diversos accesos a la Capital Federal, cumpliendo con la premisa de dejar libres canales de circulación, con el objetivo de facilitar la adhesión al paro de los trabajadores precarizados que se ven obligados a asistir y, también, de obligar a la huelga a aquellos que querían romper la medida de fuerza. Con perros, carros hidrantes, gases y sus nuevas vestimentas de robocop la Gendarmería Nacional arremetió contra los manifestantes. La violencia fue repudiada por la tarde durante la conferencia de prensa de los líderes de la CGT, en una casi inédita –aunque no tan convencida– muestra de solidaridad con la izquierda.
Desde el mismo lugar de los hechos, el subsecretario de Seguridad, Eugenio Burzaco, le reprochó a una periodista de C5N que no se victimice. La periodista preguntaba por qué la represión se había desatado contra mujeres que estaban desarmadas y en la primera línea de la manifestación. Los reporteros de piso del canal gubernamental de noticias TN corrigieron explícitamente a su movilera cuando utilizó el término “represión”, dado que los violentos oficios estuvieron avalados por la orden de la jueza Sandra Arroyo Salgado.
Fotos: Adrian Escándar