En sus registros, el Ministerio de Trabajo prueba que entre enero de 2009 y noviembre de 2015 se crearon 606.799 empleos privados en blanco y que, a mayo de 2017 –último dato disponible–, se perdieron 83.329. Desde el cambio, nunca jamás se llegó al nivel de empleo registrado de noviembre de 2015.
El empleo privado registrado es lo que el presidente Mauricio Macri llama "empleo de calidad", a diferencia del subempleo, el empleo precarizado, el empleo en negro y el empleo público. Es el empleo que vendría a crear las tan mentadas inversiones que vendrían en algún momento. En noviembre de 2015 se alcanzó el máximo número de trabajadores privados registrados de la historia argentina, con 6.266.760 registros en el Sistema Integrado Previsional Argentino. Esto quiere decir que estas cifras no son el resultado de una encuesta, sino que son la expresión del conteo de trabajadores que hacen aportes previsionales.
El empleo se mueve por olas. Los puntos más altos se dan a medida que se acerca el verano, los más bajos se dan en el invierno. Cuando el empleo crece, los bajones que van de mayo a agosto son imperceptibles o no suceden. Cuando el empleo merma, son tan pronunciados que los repuntes hacia diciembre-febrero no alcanzan. Así se explica que entre enero de 2009 y noviembre de 2015 la cantidad de trabajadores registrados haya subido un 10,7% y que desde noviembre de 2015 a mayo de 2017 haya bajado 1,3%.
El bajón de 2016 fue tan profundo que en julio de ese año, cuando se tocó fondo, la pérdida de trabajo privado registrado alcanzó a 131.415 argentinos. Luego vino el repunte estacional, que elevó las cantidad de trabajadores registrados hasta marzo de este año, llegando a 6.242.889. Dos meses después la pérdida de trabajos, iniciada la ola descendente, llegó a 59.458 personas.
La tendencia parece ser mejor que la de 2016, pero todavía no se sabe cuándo llegará el piso de este nuevo descenso. Aun así, las cifras son peores que en 2015 por lo que, por ahora, nada dice que en el repunte estacional camino a 2018 se llegue a equiparar las cifras de finales de 2015. Un año que parece cada vez más lejano en la historia.