Por Pamela Bertona*
Hace rato que el mundo es un lugar hostil para vivir. Hace rato que sabemos que muchas de las formas de estar en el mundo no tienen nada que ver con el mundo. La máquina de producir a costa de otro, de saber a costa de otro, de tener, de lograr lo que no sabemos bien qué y hasta amar a costa de otro, se nos mete muy adentro, tanto que a veces no la vemos mientras estamos siendo parte, indiferentes. Carolina Chiarelli nos retuerce la indiferencia en la cara, a costa de ella misma.
El Poder es un cruce de recursos escénicos y visuales cargados de furia. Una delicia de textos existenciales tejidos a objetos llenos de peligro y momentos de rabia y dolor estallando. Es también proyecciones en vivo, personajes intermitentes -Oscar Kurtz, Eliana Córdoba y Sebastián Zunino- que aparecen como puntos de fuga, líneas de acción en la escena que acompañan a la actriz, directora y autora en esta trama de situaciones al límite.
“La revolución es ser uno mismo” nos grita Chiarelli. Llora, cuenta, brilla, baila, se golpea, para recordarnos que quedarse sentados e inmóviles es la peor opción. El Poder convierte la sala teatral en un espacio incómodo, cargado de información, recursos, poesía, imágenes, cuerpos al límite que repiten, gritan, proyectan y nos muestran hasta el hartazgo lo que ya no debe naturalizarse más. Carolina Chiarelli se para con toda su impronta para invitarnos a “Construir desde el amor”.
El Poder, luego de su estreno en junio en la Sala Marechal, se presentará este viernes 28 en El Birri, a las 21.30, en el ciclo Viernes de Teatro, con entrada gratis y salida a la gorra. A partir de las 21.00 se podrá disfrutar del servicio de barra y buffet.
*Actriz, Promotora Sociocultural, Técnica en Comunicación Social.