Las figuras que encabezan las listas de Cambiemos, el Frente Progresista y el PJ preavisan una elección competitiva. En octubre se renuevan ocho bancas y de reojo todos otean 2019.
Hacía mucho que una elección intermedia de concejales no reunía a tantas figuras políticas. Y si bien hay 36 listas en las internas, dentro de 16 frentes, claramente hay un puñado que asoman como las más competitivas: la del oficialista Carlos Pereira (UCR-Cambiemos), la del socialista Emilio Jatón (Frente Progresista) y dos de las 14 nóminas que presentó el PJ, la que lidera Sebastián Pignata (Santa Fe es Una Sola) y la de Marcos Castelló y Eduardo Wagner (Somos la capital). El rendimiento de las listas 100% Renovador de Carlos Felice (con apoyo de Oscar Cachi Martínez) y 1país 1ciudad de Luz Balbastro (referente de Sergio Massa en Santa Fe) aportarán una cuota extra de intriga en los resultados, sobre todo en las generales de octubre donde ambos espacios disputarán votos de sectores identificados con el PJ.
Tal como ocurre en el plano provincial con la elección de diputados nacionales, este año en la ciudad de Santa Fe hay mucho más que ocho bancas en juego en el Concejo Municipal: se disputa también una suerte de fase previa o clasificatoria para la renovación de cargos ejecutivos en 2019. En ese sentido, salvo Silvina Frana, todos los posibles candidatos a intendente están en la cancha: Pereira como sucesor “natural” del intendente José Corral; Jatón como la carta fuerte del socialismo para disputarle la ciudad a sus ex aliados del Grupo Universidad; y Pignata, por el PJ, que quedará en la línea de largada si logra buenos resultados en agosto y octubre.
De hecho, muchos de los actuales precandidatos ya se probaron, en paradas anteriores, el traje de candidato: Wagner quedó segundo, por el PJ, en la elección de intendente de 2011; Pignata salió tercero, en 2015, como candidato de Unión PRO; Felice hizo un aceptable debut en las urnas ese mismo año, pero cayó en las Paso del PJ ante Silvina Frana. Ese mismo año Castelló ganó la interna del justicialismo en la categoría de senadores provinciales –una de las sorpresas de aquella elección–, pero luego perdió contra Jatón, actual senador por el departamento La Capital, en las generales.
La decisión de Jatón de “bajar” a disputar una categoría inferior fue lo que modificó el tablero en la ciudad y le dio un matiz más competitivo a esta elección. Esa definición, con suspenso casi hasta el cierre de listas, estuvo motivada por la decisión previa de los radicales de Corral de abandonar el Frente Progresista en la ciudad y anotar su propia lista bajo el paraguas de Cambiemos (en esa interna, Pereira enfrentará a dos candidatos PRO: Martín Lombardo y Ulrich Lehmann).
Tres grandes espacios
Dos de los principales rivales del oficialismo local, Jatón y Pignata, coinciden en un punto: esta elección de medio término es el anticipo de lo que ocurrirá en 2019. Dicho de otro modo: si el oficialismo logra imponerse en la ciudad, se encaminará a la elección de intendente con buenas perspectivas. En ese escenario, la ruptura de Corral con el socialismo se compensará con su buena llegada –algo que se traduce en obras e inversiones– a la Casa Rosada. En cambio, una derrota de Pereira dejará al intendente en una posición de debilidad, ya sin apoyo del gobierno provincial y con el recelo que siempre genera, en la Nación, un resultado adverso.
Desde la perspectiva del socialismo el desafío también es grande: un triunfo de Jatón, el candidato más votado en forma individual en 2015, supone un punto de partida inmejorable para disputar la ciudad en 2019. Y si bien Jatón tiene el aval de la Casa Gris y del grueso del Frente Progresista, su propia estructura –y la del Partido Socialista– aún es débil en la capital, comparada con el aparato del Grupo Universidad que comanda el municipio desde hace una década. Tal como ocurre con los candidatos de los otros partidos, una derrota de Jatón en octubre supone el principio del fin de su carrera hacia la intendencia.
En el PJ se podrá visibilizar, el 13 de agosto, la única interna que tiene algún atractivo político. Allí nada está dicho de antemano y no hay favoritos. Las intrigas previas al cierre de listas dejan en claro que una cosa es la posición orgánica del partido (congresos de unidad, declaraciones públicas de compromiso gane quien gane y demás formalismos) y otra muy distinta el comportamiento de cada estructura en plena disputa electoral.
La unidad acordada por los principales espacios internos del justicialismo en el Congreso Provincial del 24 de mayo implica que todos competirán dentro del partido. Pero en el proceso que fue desde el congreso hasta el cierre de listas hubo fugas y aparecieron candidatos filoperonistas (Carlos Felice, Luz Balbastro y Lucas Maurice) que participarán de las Paso por partidos distritales, fuera del PJ. El otro dato que discute aquella pregonada unidad son las 14 listas que el partido anotó en Santa Fe y las nueve que competirán en Rosario.
En nuestra ciudad, dos listas del justicialismo se despegan del resto: una la encabeza Pignata y representa al sector Producción y Trabajo, en alianza con la concejala Marcela Aeberhard. Esa lista se inscribe dentro del acuerdo que sellaron senadores, intendentes y sindicatos no kirchneristas y que derivó en la precandidatura nacional de Alejandra Rodenas. La otra la lideran Castelló y Wagner con el visto bueno del senador nacional Omar Perotti, que este año no se mostrará mucho en campaña. Pignata y Castelló definirán en agosto cuál de esos espacios prevalece dentro del PJ local.