El subsecretario de Energía Nuclear de la Nación, Julián Gadano, le confirmó a la senadora nacional por Río Negro, Magdalena Odarda, que el emplazamiento de una nueva central nuclear que planean el gobierno nacional y el de Río Negro “será en el Golfo San Matías” y que “antes de julio se determinará sitio definitivo”. Las obras comenzarían en 2020, con capitales chinos comprometidos en acuerdos firmados durante la gestión nacional kirchnerista.
La quinta central nuclear de nuestro país se ubicará cerca del Atlántico Sur, donde se encuentran las principales playas y áreas naturales protegidas según la ley provincial. Cerca del lugar, también, están las localidades de Viedma, San Antonio Oeste y Sierra Grande, que cuentan con ordenanzas donde se declara que la región es zona no nuclear.
El gobernador de Río Negro, Alberto Weretilneck, había confirmado el 16 de mayo la firma de un acuerdo en China y el programa de construir una central nuclear, a comenzar en 2020, con una inversión extranjera de 8 mil millones de dólares. El anunció lo hizo desde la misma potencia asiática, pues se encontraba acompañando al presidente Mauricio Macri en su gira de este año. A meros 130 kilómetros de donde ya se especulaba la ubicación, el gobernador de Chubut Mario Das Neves advertía sobre la negociación: el rechazo a la planta nuclear fue inmediato. “Le voy a decir al gobernador de Río Negro, Alberto Weretilneck, que conmigo no cuente para nada”, remarcó enfático el chubutense.
Más de 50 organizaciones ambientales reunidas en la Unión de Asambleas Patagónicas, de Chubut y del Kurru Leufu expresaron en un comunicado su “decisión de impedir, bajo todos los medios dentro de la legalidad, la instalación de la antedicha planta de generación eléctrica”.
“No solo rechazamos la central nuclear sino el circuito completo del uranio, desde la prospección hasta los residuos, la infraestructura asociada y los usos que se le quiere dar a esa energía, especialmente porque cada uno de esos procesos contradice los objetivos y (sobreactuados) compromisos de atender el cambio climático. La Patagonia no es territorio para ninguna ‘externalidad’ económica”, sentenciaron.