En julio la producción siderúrgica nacional superó en 12,03% a julio de 2016, pero quedó 9,6% debajo de la de 2015. En el acumulado de lo que va en el año está un 7,21% arriba del año pasado, pero un 8,4% abajo de 2015.
El fenómeno se llama "rebote del gato muerto". Tras el profundo bajón de 2016, en 2017 los indicadores económicos muestran una mejoría porque su punto de comparación es pésimo. Sin embargo, esa mejoría no alcanza a recuperar lo perdido. El caso de la siderurgia evidencia la debilidad de la recuperación económica.
Según los datos de la Cámara Argentina del Acero (CCA), el julio que pasó fue mejor que el de 2016, pero hay que remotarse hasta 2009 para encontrar otro mes que sea más malo. Si bien los últimos cinco meses han dado resultados positivos en comparación con 2016 –después de una seguidilla de 16 meses para atrás–, en apenas dos meses –abril y mayo– la producción superó a la 2015. A este ritmo, el repunte de la siderurgia marcará una producción mayor a la de 2016, pero muy inferior a la 2015.
Según la CCA, el rebote se debe a la actividad del sector agropecuario –fabricación de maquinaria agrícola–, la obra pública en construcción y energía –inversiones en Vaca Muerta–, la reactivación de la exportación de tubos sin costura –la joya de la siderurgia nacional–, la construcción de gasoductos en Córdoba y la recuperación de la línea blanca, como heladeras y cocinas.