Uno de los grandes pintores de la historia vuelve al cine: la vida de Vincent Van Gogh vuelve a ser excusa para una película gracias a Loving Vincent, que se estrena en Argentina el 2 de noviembre.
Si bien el neerlandés (nació en Zundert, Países Bajos, casi Holanda) ya cuenta con algunas películas en su honor (fue interpretado por el grande de Tim Roth en Vincent & Theo, de 1990, y también por la leyenda Kirk Douglas en Lust for life de 1956), el chiste de esta nueva es que es una mezcla entre animación y live action, que consiste en usar tomas hechas por actores reales para después caricaturizarlas. Pero hay más: la estética de esas animaciones recrean el estilo expresionista e incluso surrealista del pintor que en 1888 se cortó el lóbulo de la oreja y se lo regaló, envuelto en un pañuelo blanco, a Rachel, una trabajadora sexual de la que andaba medio enamorado.
Seis años de laburo, 125 pintores arremangados, 65 mil pinturas en total, 12 dibujos al óleo pasando a cada segundo en pantalla, 100 obras originales y 800 de las cartas que el loco Vincent le mandó a su hermano Theo, el que lo bancó en todas, fueron algunos de los recursos que pudo usar la dupla de directores: Hugh Welchman y Dorota Kobiela. Fue Dorota, justo, la que contó que "al acercase a las pinturas y a las cartas, el guión casi que ya se notaba".
Por ahora, los trailers de esta biopic prometen un lindo viaje.