Carlos Pereira, funcionario municipal y primer precandidato de la lista Cambiando Juntos.
El secretario general del municipio, Carlos Pereira, es el candidato del oficialismo en la elección de concejales. Le tocará enfrentar un escenario inédito en relación a la última década: ahora los radicales del Grupo Universidad, capitaneados por el intendente José Corral, están definitivamente fuera del Frente Progresista. Las primarias del 13 de agosto constituyen, entre otras cosas, el debut electoral de Cambiemos como oficialismo de la ciudad.
Pereira es el candidato del oficialismo y en ese punto apela al método de criticar a la oposición por las “trabas” a la gestión municipal. El último entredicho fue la negativa del PJ a habilitar el endeudamiento para obras, un tema que la gestión de Corral busca poner en debate. El secretario general del municipio admite que hay dos ciudades, como señalan desde la oposición justicialista pero también desde el socialismo. Pero Pereira atribuye esas “dos ciudades” a las gestiones del PJ: “No es responsabilidad nuestra”.
Definidos por Cambiemos y con apoyo del gobierno de Mauricio Macri, los radicales universitarios rompieron con sus aliados socialistas y enfrentan una elección compleja: en las primarias Pereira se medirá con el joven macrista Ulrich Lehmann, en un testeo previo; las generales de octubre son el plato fuerte y allí la gestión de Corral se juega casi todo su capital político.
Según Pereira, en esta elección de medio término “lo que se discute es cómo está avanzando la gestión de turno. En esta elección se va a plebiscitar el gobierno de José Corral. Al no haber un nuevo intendente en diciembre, lo que los candidatos hacen es evaluar esta gestión. De un lado del mostrador estamos nosotros, del otro lado hay más de 30 candidatos diciendo que todo está mal. Hay de todos los colores y para todos los gustos. Nosotros vamos a esta elección con lo que venimos sosteniendo en estos años de gestión: los jardines municipales, las escuelas de trabajo, las obras de desagües y de protección de inundaciones. Los vecinos terminarán evaluando todo esto”.
—¿Qué Concejo quiere Corral?
—Necesitamos un Concejo que no ponga trabas, sobre todo en los aspectos centrales. Después, como cuerpo legislativo, obviamente tiene amplias facultades para imponer ciertas acciones, pero nosotros tenemos un ambicioso plan de obras públicas que en parte estaba sostenido a partir de un endeudamiento que le solicitamos al Concejo. Son obras fundamentales y ya nos han dicho, tanto la Nación como la provincia, que ellos no las van a realizar. Y nos parece bien porque la provincia y la Nación están ejecutando un histórico plan de obras en la ciudad. A nosotros nos parece apropiado tomar ese crédito, dentro de las posibilidades que tiene el municipio, para realizar obras de gas, de iluminación, de seguridad vial y de recuperación de espacios públicos. Sin embargo, por motivos políticos, el Concejo está poniendo trabas.
—En otros momentos lograron hacer acuerdos con la oposición en el Concejo. ¿Cuál es la diferencia ahora?
—No depende de nosotros. Hay oposiciones más razonables, constructivas, y hay otras que solo quieren poner palos en la rueda. La situación del Concejo es preocupante porque ha entrado en un nivel de inactividad y casi se ha paralizado. Ni siquiera cuando el radicalismo se quedó con la presidencia, en 2002, durante un gobierno justicialista, se paralizó el Concejo sino que se trabajó con normalidad. Y lo mismo pasó en estos últimos años; nadie puso límites o trabas al funcionamiento del Concejo. Pero ahora se ha vuelto costumbre que no haya actividad.
—¿Cuáles son sus propuestas para los vecinos?
—Por un lado, la idea principal es trabajar por la gobernabilidad del Ejecutivo. Yo vengo muy al lado de José (Corral), al frente de todos los proyectos de la ciudad, y lo que nos interesa es que todos los programas y planes que tenemos en marcha se puedan cumplir. Entre ellos, el endeudamiento para obras. Estamos dispuestos a discutir las prioridades con la oposición, pero estamos convencidos de que, teniendo la posibilidad concreta de realizar las obras, esto se esté frenando.
—La mayoría de sus rivales habla de dos ciudades...
—Sí, es así: Santa Fe carga con una historia donde un sector muy amplio de la ciudad ha quedado totalmente marginado de las obras, incluso de las políticas públicas. No es responsabilidad nuestra lo que pasó en las últimas dos o tres décadas. El principal motivo de marginación del oeste y el norte es la pobreza, que se vio sumergida en las inundaciones de 2003 y 2007. Y eso pasó porque los gobiernos no hicieron obras: no había desagües, cloacas, agua potable, pavimento... Esas dos ciudades fueron construidas durante los 24 años de gobiernos justicialistas; nosotros estamos suturando esas heridas, cosiendo una ciudad que estaba desmembrada. Más del 90% las obras están centradas en los barrios del oeste y el norte. Ya hemos resuelto la situación hídrica de los barrios de sudoeste de la ciudad: San Lorenzo, El Arenal, Chalet, Estrada, 12 de Octubre... todos barrios que hace seis años que no tienen un solo evacuado. Y ahora estamos haciendo lo mismo en el norte de la ciudad, con obras por 1.000 millones de pesos en desagües que van a ayudar a solucionar el 95% de los problemas de desagües en esos barrios. Y estamos con el Plan Nacional de Hábitat, un esfuerzo muy grande del gobierno nacional, llevando pavimento, iluminación, cloacas y equipamiento social a todo el oeste de la ciudad. Todas estas son obras que no se hicieron por décadas y que hoy por fin estamos haciendo.
—Cuando decidieron irse del Frente Progresista y formar Cambiemos en Santa Fe, ¿evaluaron que el socialismo iba a presentar un candidato competitivo?
—Nosotros no abandonamos el Frente Progresista, el socialismo decidió quitarle el apoyo a la gestión de Corral. Nosotros pretendíamos que, así como le habíamos dado gobernabilidad a (Miguel) Lifschitz, también el socialismo nos apoyara en esta etapa, porque estamos jugando la continuidad de la gestión.