No sólo se trata de los pequeños comerciantes, que llevan 19 meses seguidos de malaria: según el Indec, en junio las ventas de los supermercados cayeron 1,2% y las de shoppings un 5,1%.
Menos ventas para un comercio equivale a menos empleo. En la comparación interanual, la caída de las ventas en los supermercados implicó que en junio el personal ocupado asalariado estuviera un 1,2% por debajo del mismo mes de 2017. Ese es uno de los efectos de la caída interanual de ventas que el Indec marca también en 1,2% en la comparación junio de 2017 con junio de 2016. El impacto laboral es, no obstante, diferenciado: entre los gerentes, supervisores y otro personal jerárquico la caída de personal llegó al 8%, entre los cajeros al 0,2% (en el comparativo mensual).
Junio es el tercer mes en el que el Indec publica comparaciones interanuales de las ventas. Según el organismo, las caídas de de 2017 alcanzaron en abril el 1%, en mayo el 2,5% y en junio el 1,2%. Cabe suponer que, como en el resto de las variables, en 2016 ya hubo una merma, por lo que se trataría de una caída sobre un caída.
El caso de los shoopings es más peliaguado: la caída interanual de junio es de 5,1%, la de mayo de 4,3% y la de abril de 8,9%, tomando en cuenta el panel de centros comerciales donde el Indec aplica su encuesta (en Capital Federal y Gran Buenos Aires). Esto se traduce en una franca crisis de estos grandes espacios comerciales, que se traduce en diferentes mermas:
• La cantidad total de locales habilitados bajó el 1%. Dentro de los locales habilitados, la cantidad de locales inactivos (en alquiler, abandonados o en refacción) creció el 24%
• La cantidad de salas de cine apenas menguó en dos: había 191 en junio de 2016 y hay 189 en junio de 2017. Sin embargo, el promedio de público que visita esas salas bajó de 9.362 a 5.560: el 40,6% de cinéfilos pochocleros menos.