Las ventas de vino para consumo interno de junio subieron un 12,5% respecto de junio de 2016, pero todavía se encuentran 12,14% abajo de las de junio de 2015. Aún así, en el acumulado del primer semestre están 5,45% abajo del año pasado y 14,36% respecto de 2015.
Los meses fríos son los mejores para tomar vino y eso se nota en las ventas. Sin embargo, en 2017 ese repunte no alcanza para mucho, apenas para superar 2016. De hecho, hay que remontarse hasta 2011 para encontrar una cantidad menor de litros de delicioso néctar vendidos al mercado interno.
El ajuste en el consumo se sigue haciendo notar. Hay un rebote respecto del pésimo 2016, pero todavía ningún indicador da cuenta de que se alcancen las cifras perdidas en 2015. El vino, por caso, es una de esas variables sensibles al bolsillo. Las ventas acumuladas en los últimos 12 –de julio de 2016 a junio de 2017– son las más bajas desde que hay registro, según los datos del Instituto Nacional de Vitivinicultura.
Es difícil saber qué pasará en el semestre que queda, pero el repunte tendría que adquirir visos fenomenales para que alcance siquiera los niveles de 2016, cuando las ventas de vino quedaron un 8,45% por debajo de 2015.