El periodista Darío Aranda estuvo en las “IV Jornadas de Modelo Productivo” hablando sobre las consecuencias ambientales sociales y económicas del extractivismo. El autor del libro Tierra Arrasada se especializa en problemáticas ambientales y los negocios vinculados al petróleo, la minería, los agronegocios e industria forestal.
En su exposición presentó un mapa con los lugares donde hay proyectos económicos de gran escala dedicados a la extracción de recursos naturales en Argentina y habló de las luchas y las resistencias de los pueblos involucrados y de sus triunfos.
En diálogo con Pausa, analizó algunos temas de actualidad con mayor repercusión mediática.
–¿Qué pensas de la desaparición de Santiago Maldonado?
–Es preocupante que luego de tantos años de democracia sigan desapareciendo personas. Así como denunciamos la desaparición de Jorge Julio López y Luciano Arruga, por nombrar solo dos, pero son muchísimos, la gravedad del caso Santiago Maldonado es que intervino la Gendarmería Nacional y que era un reclamo mapuche por el territorio. Pero lo más grave aún es la respuesta del gobierno nacional, defendiendo a los gendarmes que están sospechados de haber intervenido en la desaparición forzosa. También hay que decir algo sobre los medios de comunicación: lo que están haciendo algunos medios como Clarín y La Nación, es tirar mantos de sospecha sobre el desaparecido Maldonado y no sobre los sospechosos de su desaparición. Párrafo aparte también para el Poder Judicial que muestra lo conservador y retrógrado que es, deja muchas dudas sobre cómo está accionando sobre un desaparecido en democracia. Por otro lado, también para preocuparse que ciertos sectores de la sociedad están legitimando eso. No me animo a decir si es mayoritario o minoritario, pero hay un sector que pone el foco contra el pueblo mapuche y Santiago Maldonado. Se están sacando la careta y les falta decir “algo habrán hecho” para desaparecer, que es el siguiente paso que prontamente van a dar.
–Hay una especie de estigmatización sobre el pueblo mapuche. ¿Qué pensás del reclamo de los mapuches que desencadena esta situación?
–El pueblo mapuche es de Argentina y como todos los pueblos indígenas de Argentina, los mapuches han sufrido un genocidio. El Estado moderno argentino se funda sobre el genocidio de los pueblos indígenas, que puede ser comparable al genocidio que sufrió el pueblo judío o el que se sufrió en la última dictadura cívico-militar acá. Porque hubo desaparecidos, robos de bebés, tortura, despojos, exactamente lo mismo. El Estado argentino (no digo el gobierno) nunca ha pedido perdón por ese genocidio, entonces que hoy se avance militarmente, muestra que las prácticas genocidas no han terminado. No hubo reparación, no hubo perdón, y hoy sigue estando a la orden del día. Por otro lado, me parece que se intenta avanzar contra el pueblo mapuche (y los pueblos indígenas en general) porque lo que está de fondo es el modelo extractivo: la soja, las mineras, las petroleras. Y todos saben que los pueblos indígenas son un escollo para el avance económico. Se los quiere aleccionar. Comenzaron por el pueblo mapuche, pero van a ir por otros.
–En tu libro Tierra arrasada planteas que el gobierno anterior promovió un modelo económico extractivista, que va desde las mineras, las pasteras, el fracking y el monocultivo de soja. Actualmente tenemos un gobierno que habla de cambio y se muestra como opuesto al gobierno anterior. En este caso, ¿hay efectivamente cambios en el modelo productivo?
–Este gobierno es la continuidad y la profundización del anterior gobierno. Así como durante la gestión anterior nunca hubo tanta megaminería, avanzada petrolera y transgénicos, este gobierno consolida esa política de Estado. Si hay algo en común entre el kirchnerismo y el macrismo es la política extractiva. Y este gobierno la está profundizando claramente. Y se va profundizando la represión también. Por ejemplo, hablando de continuidad y vinculación, la represión en noviembre de 2010 contra el pueblo Qom en Chaco tuvo el total aval del gobierno kirchnerista, aún con el asesinato de un indígena como fue Roberto López. Y la represión de hace unos días al pueblo mapuche por parte de Mauricio Macri es muy similar, son las mismas lógicas. El poder económico dice: queremos ese territorio, ahí hay indígenas y los vamos a sacar de ahí. No lo dicen explícitamente, pero las políticas de Estado tienen que ver con eso. Este gobierno lamentablemente me parece que quiere avanzar en la frontera petrolera, minera, sojera y forestal.
–¿Cuál es la perspectiva a futuro con este panorama?
–Como buena noticia dentro de todo esta mala situación es que las comunidades indígenas, campesinas, asambleas ambientales, van a luchar hasta el último día para defender esos territorios. Soy muy optimista en un punto. Ahí sabe el gobierno nacional y los provinciales que tienen un problema, un callejón sin salida. El pueblo mapuche existe hace 500 años y la conformación del Estado argentino tiene sólo 200 años. O sea, este gobierno va a pasar y los pueblos indígenas van a seguir existiendo y van a pelear con el próximo gobierno que viene porque saben que va a seguir una lógica similar. Tengo esperanza en que los indígenas van a seguir resistiendo, defendiendo el territorio. Claramente con consecuencias: represiones, desapariciones, presos (el líder mapuche Jones Huala sigue preso hace cuatro meses). Me parece que en ese sentido está bueno si se puede revalorizar que la lucha por el territorio sigue a pesar de la ferocidad de la represión.
Sobre las Jornadas
Las “IV Jornadas de Modelo Productivo” se desarrollaron el 31 de agosto en la Universidad Nacional del Litoral. Fueron organizadas por la agrupación estudiantil ConCiencia Crítica. En esta edición se debatió sobre el modelo productivo, los conflictos socio-ambientales actuales y su configuración en América Latina.