Cuando el 10 de mayo de 2015 apareció el cuerpo sin vida de Chiara Paéz en Rufino, un grito explosivo, desde las entrañas del dolor, salió y ya no se acalló: Ni una menos.
Hoy, ese crimen, que se convirtió en el punto de inició del reclamo masivo que cada 3 de junio colma las calles y plaza del país, encontró un primer espaldarazo de la justicia.
Manuel Mansilla, quien era novio de Chiara y por aquel entonces tenía 16 años, fue condenado a 21 años de prisión por el delito de homicidio agravado por el género, según resolvió el juez de Menores Javier Prado.
En diálogo con Radio Eme, Fabio Páez, el padre de Chiara, se mostró conforme con la sentencia. "Estamos conformes porque es la pena máxima que le puede caber, por haber sido menor al momento del hecho. Podrían haber sido 15 años, pero logramos que se tome el femicidio como agravante y por eso se llegó a 21. Con eso estamos conformes, ahora nos falta ir por la parte del juzgado de mayores para tratar de inculpar a los cómplices del asesinato de Chiara".
En este sentido, Páez se refirió a la familia de Mansilla, indicados como coautores del crimen y se encuentran en libertad. "El chico, la madre, el padrastro y los abuelos, estaban los cinco en la casa donde mataron a Chiara, no hay manera de que no sepan lo que pasó. Nosotros seguimos haciendo peritajes, de teléfonos, de distintas cosas, para tratar de demostrar que tuvieron que ver con el crimen, que no estaban durmiendo como para no saber. El ex novio, en las reconstrucciones del hecho, no pudo demostrar que hizo lo que dice: dijo que la había levantado a Chiara, pero le pusieron una chica del mismo peso y no la pudo levantar; también dice que la arrastró unos 15 metros, pero el cuerpo no tenía signos de nada de eso; o sea, está comprobado que no lo hizo sólo".
Finalmente, Páez indicó la defensa de Mansilla apeló la condena y que ahora deberán esperar esa definición. "Creo que la justicia es muy benévola con estos delincuentes, porque hay muchos de estos femicidas que ya han tenido detenciones o denuncias anteriores, pero salen libres al poco tiempo. Hoy tienen más herramientas para defenderse ante la justicia que la propia víctima", concluyó.